Medio: El Deber
Fecha de la publicación: martes 17 de marzo de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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El coronavirus avanza firme y a paso acelerado con su paso mortal en el mundo. Hasta la hora en que se escribía este editorial, la tarde del lunes, existían 172.425 infectados en el mundo, 6.668 habían muerto y 77.612 personas fueron curadas.
El continente más crítico por ahora es Europa, donde la Unión Europea tiene previsto cerrar sus fronteras exteriores durante 30 días. Con esa medida se pretende detener la expansión de la pandemia y facilitar la atención de los pacientes en los sistemas de salud de cada país.
En Suramérica, prácticamente todos los países han entrado en cuarentena y han cerrado sus fronteras al tránsito de personas.
En España, los casos de contagio se han disparado de 7.500 casos el domingo a 9.191 la noche del lunes, con un ritmo de expansión que está preocupando a todos.
En Francia, el presidente Emmanuel Macron ha anunciado ayer que se destinará 300 mil millones de euros para salvar las empresas porque se quiere evitar que quiebren debido al coronavirus. El Estado francés asumirá el pago de créditos bancarios, suspenderá el pago de impuestos y cotizaciones sociales, de las facturas de agua, gas y luz.
Macron también anunció la suspensión de la segunda vuelta de las elecciones municipales francesas que debían celebrarse el 22 de marzo. La decisión se tomó en acuerdo con los líderes de los partidos participantes en esa elección porque el país, ha dicho el presidente francés, está “en una guerra de salud contra un enemigo invisible”.
Bolivia tiene prevista la realización de elecciones generales el 3 de mayo, esto es dentro de 46 días. Y aunque el tema es altamente sensible porque el país viene de unos fallidos comicios recientes anulados por el fraude orquestado por el MAS, tendrá que debatir en las próximas horas la pertinencia de continuar en ese proceso electoral.
Por la emergencia de salud, la ciudadanía ha cambiado su forma de vida, se han suspendido las actividades colectivas, se han cerrado los comercios donde se congregan las personas (cines, teatros, gimnasios, bares, discotecas) se ha ingresado en horario continuo de trabajo y se está pidiendo a la población quedarse en casa y no circular. Resultaría ilógico e incoherente continuar con un proceso electoral que para ser informado requiere de concentraciones, viajes de los candidatos, reuniones con los electores, concurrencia a medios de comunicación, entre otras muchas actividades.
No sería congruente pedir a la población que cumpla con su derecho y obligación ciudadana de votar en recintos de alta concentración de personas exponiéndose a contagiarse del virus que casi con total probabilidad no habrá desaparecido hasta el 3 de mayo.
La presidenta, que además es candidata, ¿se va a dedicar a hacer campaña o a gobernar ahora que se requiere de un claro liderazgo en la toma de decisiones para enfrentar a un poderoso enemigo que mata a pocos, pero contagia y aísla a mucha gente? Y si va a gobernar, ¿va a concurrir a una elección sin hacer campaña? ¿O va a convertir en campaña su función de gobernar en la atención de este problema de salud?
El país tiene en este momento otra prioridad y es de cuidar la vida y la salud de sus habitantes. El gobierno, la Asamblea Legislativa y los partidos deben tomar una decisión en las próximas horas. Son ellos quienes tienen en sus manos la responsabilidad de acordar una postergación de la fecha de las elecciones.