Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 09 de marzo de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Por momentos vuelven a El Alto los fantasmas de los conflictos del año pasado. Alberto Colque Patty agarra un cartel en el que expresa su dolor por la pérdida de Joel, su hermano menor. Llora y todavía no tiene paz. Atrás de él, los grupos violentos gritan contra la Policía, las Fuerzas Armadas (FFAA) y el gobierno de Jeanine Áñez. Son ellos quienes muestran a parte de El Alto como un área impenetrable para los adversarios del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Es la zona de Senkata donde la política tiene las puertas cerradas. No quieren al MAS ni a otro partido o adversario. Pero tampoco a policías y militares. Ese sector fue el más lastimado de El Alto en los conflictos del año pasado. Diez fallecidos y todavía hay dolor.
El representante del distrito 8 de la ciudad de El Alto, que es donde Senkata pertenece, Freddy Rojas, lamenta que el MAS haya intentado realizar una sesión del Senado en esa zona. Culpa a los masistas de pactar con autoridades del gobierno de transición.
“Repudiamos que recién después de más de tres meses los parlamentarios pretendan acordarse de Senkata y vengan a lavarse las manos. El MAS pactó y dejó solas a las víctimas de Senkata, mientras el gobierno de transición de Jeanine Añez fue el que ordenó la masacre”, reprochó Rojas.
Senkata se rebeló contra el poder político. La presidenta del Senado, Eva Copa, que representa a El Alto, intentó instalar una sesión especial de la Cámara Alta en ese barrio dolido. Empezó, pero no terminó. Los legisladores tuvieron que huir tras las protestas de los vecinos. Salieron y fueron agredidos. Les lanzaron huevos y piedras. Ese 5 de marzo, por la tarde, los actos violentos continuaron por la tarde. Jeanine Áñez llegó a la Ceja de El Alto, a la sesión del Concejo Municipal de esa ciudad. La mandataria tuvo que salir fuertemente escoltada.
Lo mismo pasó con algunos de sus ministros. Incluso el vehículo del titular de Educación, Víctor Hugo Cárdenas, fue afectado por una explosión. Ese día hubo tres aprehendidos y seis liberados.
“Motín”: la palabra de ataque de algunos alteños contra los policías. Dicen que no olvidan los conflictos de octubre y noviembre de 2019. Y los días de festejo no fueron la excepción. Los uniformados solo reaccionaron cuando el problema se descontrolaba. Lanzaron agentes químicos para dispersar a los manifestantes.