Medio: La Razón
Fecha de la publicación: miércoles 04 de marzo de 2020
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia directa y participativa
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La iniciativa de declarar el 21 de febrero como Día del Ciudadano parte de diversas plataformas, principalmente de Santa Cruz, pero también a nivel nacional.
Uno de los activistas más representativos es Héctor Montero, de la plataforma “Me Comprometo”, quien se encargó de hacer las gestiones con la presidente del Estado, Jeanine Áñez, para que nos pueda recibir en Palacio de Gobierno. Cabe destacar que para nosotros, después de tres años de ser perseguidos, gasificados, encarcelados, víctimas de toda clase de represión y ser despedidos de nuestro trabajo, fue muy emotivo y significativo ingresar al Palacio de Gobierno; pensar que hace un año no dejaban entrar ni siquiera con la polera del 21F.
Es por eso que nace la iniciativa del Día del Ciudadano, para que se recuerde en la historia al 21 de febrero como el día en que los ciudadanos le dijimos no a las ambiciones de poder de un hombre, de una cúpula, de un grupo, y elegimos la ley por encima de los apetitos personales.
Evo Morales venía de ganar con más de 60% la elección; era supuestamente el más querido del país. Sin embargo, fue un premio para nosotros que el referendo lo hayan ganado los bolivianos y eso nos da a entender, que por más que el poder pretendió anteponer los beneficios personales, la población optó siempre por la legalidad.
Quedó comprobado que con el fraude del 20 de octubre, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no era un órgano independiente, y nos preguntamos ¿qué garantía tenemos los bolivianos de que en los anteriores procesos electorales se hayan llevado a cabo con transparencia?
Pero lo peor fue que el resultado del referendo de 51% que optó por el No y 49% por el Sí fuera llamado “empate técnico” por Álvaro García; era una burla para los bolivianos, ya que el margen con toda seguridad debió ser mayor; a pesar de ello, la mayoría de los bolivianos le dijimos No a la cuarta reelección de Evo Morales.
La declaración de Día del Ciudadano debe representarnos a los que votamos por el Sí y por el No. Los que depositaron su confianza en el Estado, más allá de si querían que siga Evo Morales. ¿Qué hubiera pasado si las cosas hubiera sucedido al revés?, es decir, si hubiera ganado el Sí a la repostulación y haya fraude por un Órgano Electoral que no lo quiere a Evo Morales, aunque no haya manipulación. Estos ciudadanos que votaron por la continuidad de Evo Morales, igual hubieran salido a las calles a reclamar los derechos de la ciudadanía, el derecho de ser ciudadano.
La Real Academia Española define ciudadanía como una condición que reconoce a una persona una serie de derechos políticos y sociales, que le permiten intervenir en las políticas de un país o nación.
Es decir, esta ciudadanía, no se refiere a diferenciar de personas de ciudad y del campo, habla de los derechos que tenemos los bolivianos de poder decidir dentro de nuestro país los que nos concierne a todos.
A quienes no están de acuerdo, decirles que están en su derecho, que así como nosotros exigimos respeto por el referendo del 21F, probablemente en otros escenarios nos podamos encontrar pidiendo la legalidad.
Sin embargo, es muy importante, que, como dice el proyecto de decreto, el Día del Ciudadano sea inculcado a nuestros niños, a aquellos hijos de masistas y otros partidos, en el sentido en que tu voto vale, que tu ciudadanía y tu individualidad es respetada dentro del Estado, que tenés derecho de pensar diferente, que tenés derechos de no estar de acuerdo con que el Presidente que gana con el 60% no modifique la Constitución.
Es el respeto a las reglas del juego, en el que estamos todos los bolivianos, si llevamos malas decisiones a las urnas, si votamos por el equivocado nos perjudicamos todos, tanto los que marcaron por el Sí como el que decidió por el No.
Este es un tema de ciudadanía, es algo intrínseco, más allá de lo político partidario, más allá de las tendencias de derechas o izquierdas.
Para evitar la división de los bolivianos al declarar el Día del Ciudadano y como pasó con el Día del Estado Plurinacional, es la educación a los bolivianos, compartiendo la esencia del decreto presidencial, que es la victoria ciudadana del 21 de febrero.
A diferencia del Movimiento Al Socialismo (MAS), que llega con una reivindicación justa de la clase indígena, la más olvidada, ¿era correcto, sin embargo, agarrar el látigo opresor y entregárselo a los oprimidos y decirles que ahora es su turno de hacer lo mismo? Es un revanchismo, el MAS llegó a desequilibrar la balanza y eso fue lo que nos dañó a los bolivianos en 14 años. En cambio el resultado del 21F es un respeto al ciudadano.