Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 04 de marzo de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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En ese contexto, Marco Pumari, el ex dirigente cívico potosino y actual candidato a la Vicepresidencia por la alianza Creemos, junto con Fernando Camacho, buscó precisamente una estrategia para capturar el interés mediático. La semana pasada anunció, de manera misteriosa, que haría un anuncio importante unos días después. Con tantas versiones sobre supuestos problemas en ese binomio, además de una extraña declaración de Camacho de que “dejaba en blanco” su candidatura (cosa que hasta hoy nadie sabe qué significa exactamente), el anuncio de Pumari causó comprensible revuelo.
En un contexto en que la campaña electoral carece de iniciativas interesantes hasta la fecha, la idea no estaba mal, sólo que al final fue una burla: Pumari sólo dijo que seguía en campaña y que apoyaba a Camacho en la carrera presidencial.
Este hecho pasará a la historia como una dudosa manera de obtener atención o generar interés. Sobre todo los periodistas se sintieron engañados por la declaración, que fue también criticada por numerosos usuarios de las redes sociales. Los memes no se dejaron esperar.
Las elaboradas estrategias comunicacionales que adoptan los candidatos no son suficientes. La ciudadanía requiere conocer las ideas de éstos. Se necesita saber cómo se posicionan respecto a temas como el medioambiente, la economía, los derechos de las mujeres, etc. Pumari, aparte de reírse de los bolivianos con su jugarreta, no ha logrado despejar ninguna de esas dudas en las entrevistas en las que ha participado. Peor que eso, tampoco Camacho lo ha logrado: en un par de oportunidades trastabilló al intentar responder preguntas que un aspirante a la Presidencia debería considerar elementales: qué hará con el tipo de cambio y qué opina de la violencia contra la mujer. Aparte de balbucear algunas ideas inconexas, no logró mucho más.
Camacho y Pumari fueron importantes en la última fase de las protestas contra el expresidente Morales y sin duda su valentía y decisión ayudaron a la caída del régimen; pero, ello no es suficiente para habilitarlos como futuros mandatarios. La sola lucha callejera no basta para ser presidente o vicepresidente del país.
Pero eso nos permite no sólo reflexionar sobre el binomio Camacho-Pumari; como decíamos líneas arriba, la escasa iniciativa de los políticos hasta el momento deja muchas dudas sobre lo que ofrecen realmente, más allá del eslogan. El desafío de convencer, con ideas -no estrategias vacías, como el ardid usado por Pumari hace unos días- que representan las mejores opciones para gobernar el país, son ahora más importantes que nunca.
Si alguna lección nos han dejado las jornadas de octubre y noviembre pasado es que la ciudadanía demanda otro tipo de acciones y decisiones de los actores que disputan por la silla presidencial. Una forma más sincera, transparente, ética y consecuente de hacer política. Y esto, al parecer, no es una prioridad para ninguno de los candidatos en contienda.
Desde este tipo de artificios usados por el candidato vicepresidencial de Creemos, hasta la expectativa generada para debates que luego resultan fallidos -como lo sucedido en Red Uno- muestran una ausencia de empatía con el elector común, no con el militante que apoya a su partido de igual manera, sino con ese conjunto de ciudadanos que definirá su voto y que quiere nuevas señales en quienes postulan.
Ya tenemos asegurada una elección con mucha dispersión de votos en la que era la exoposición (ahora todos anti-MAS) y con un triunfo casi inminente del partido del expresidente Morales, ¿es mucho pedir que en los dos meses que quedan para los comicios exijamos más seriedad, voluntad y capacidad de propuesta a quienes quieren conducir nuestros destinos?