Medio: El Deber
Fecha de la publicación: miércoles 04 de marzo de 2020
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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Una revisión de la red social Twitter lleva a concluir que tras la publicación, efectivamente se inició una arremetida en los pasillos de la OEA. El 28 de febrero a las 17:00, Efraín Guadarrama, director general de Organismos y mecaniasmos regionales americanos de la Cancilleria de México, posteó: “Nuestra misión mexicana pidió a la OEA aclarar las discrepancias detectadas por expertos del MIT en su dictamen sobre las elecciones en Bolivia. Esta aclaratoria resulta indispensable para mantener la credibilidad de una institución tan relevante”.
Días antes, ese país pidió a la organización con sede en Washington un tercer informe sobre las elecciones de Bolivia.
El 1 de marzo, Morales retuiteó a Guadarrama y comentó: “El gobierno de facto pretende acallar las voces de los Estados miembros de la OEA que exigen se esclarezca su rol en el golpe de Estado en Bolivia. Saben que no hubo fraude, saben que la verdad no puede esconderse”.
El 29 de febrero, el presidente argentino Alberto Fernández publicó un tuit que se divide en cuatro segmentos.
Primero destaca que en Bolivia se violentó el Estado de Derecho con el accionar de las FFAA y sectores de la oposición al entonces presidente y “con la explícita complicidad de la OEA que estaba llamada a velar por la plena vigencia de la democracia”. Así consolida que Bolivia “vive una dictadura”.
Luego, va por el informe y da por hecho que “Evo Morales ganó los comicios electorales del año pasado por más de 10 puntos de diferencia, sin que mediara fraude alguno”. Destaca que ese reporte “critica con singular dureza, por su inconsistencia, la auditoría realizada en esa oportunidad por la OEA y condena a su antecesor, Mauricio Macri, “por guardar un silencio cómplice”.
Poco después, Morales respondió: “Mi agradecimiento al hermano presidente Alberto Fernández por su apoyo a la democracia en Bolivia y su condena, desde un inicio, al violento golpe de Estado, en complicidad con la OEA, para desconocer nuestro triunfo en las elecciones de octubre. ¡La verdad siempre se impone!”
A las 21:23 de ese mismo día, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, escribe sobre el informe publicado en el Washington Post: “El informe del MIT que ratifica la victoria electoral de Evo en las elecciones, es una muestra más de que el Ministerio de las Colonias (OEA) atenta contra la voluntad de los pueblos libres del continente. Toda nuestra solidaridad con el Jefe Indio del Sur. ¡Viva Evo!”.
Morales reacciona al tema específico el 1 de marzo: “El análisis estadístico de los investigadores del MIT sobre las elecciones de octubre en Bolivia, se suma a varios estudios previos que certifican que el único fraude lo cometió la OEA con su informe. La OEA y Almagro son el mejor instrumento de EEUU. La historia los juzgará”, recrimina.
El periódico español El Mundo publicó ayer un reportaje que plantea esa tesis: “La operación chavista en Washington que busca esconder el fraude electoral de Evo Morales”.
El instrumento para hacerlo, según el enfoque de este medio de comunicación, es el blog ‘The Monkey Cage’, alojado en la web del Washington Post, que difundió un informe estadístico “intranscendental encargado por el principal lobbyista de Nicolás Maduro en EEUU, Mark Weisbrot, viejo conocido en Venezuela por su relación con Hugo Chávez”.
Weisbrot, director del Center for Economic and Policy Research (CEPR), a quien describe como asesor de Chávez y Maduro. “Al menos desde 2017-2018 ha estado asesorando al gobierno venezolano, pero según entiendo no le hacen mucho caso”, pormenorizó a El Mundo el internacionalista Mariano de Alba al referirse a Weisbrot.
El Mundo sostiene que todos ellos, además del presidente de Honduras, Manuel Zelaya, “el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, el colombiano Gustavo Petro, Juan Carlos Monedero, entre otros, más los medios de propaganda bolivarianos se lanzaron desde el primer minuto para apoyar la operación montada en Washington”.
Ayer, el argentino Adolfo Pérez Esquivel informó de que ha postulado formalmente al expresidente de Bolivia, Evo Morales, para el Premio Nobel de la Paz.
Pérez Esquivel, que ganó dicho Premio Nobel en 1980 por su lucha contra las dictaduras, argumentó que dar el galardón a Evo Morales sería “un justo reconocimiento y un acicate a la lucha por la inclusión, por la erradicación de la pobreza y por el desarrollo sostenible”.
En la interna
El MAS se reunió ayer de forma muy reservada. Los miembros del partido siguen la línea de que no hubo fraude y que Áñez es dictadora, y por ello inician otra arremetida interna: hicieron conocer una lista de ministros que serán interpelados y si esta vez no asisten, la presidenta del senado Eva Copa adelantó que serán censurados, con lo que deberán ser destituidos de manera inmediata.
Copa dijo que los ministros de Defensa, Luis Fernando López, y de Gobierno, Arturo Murillo Prijic, serán interpelados el 9 de marzo por la intervención militar y policial en la localidad de Sacaba, departamento de Cochabamba, Yapacaní, departamento de Santa Cruz, y la zona de Senkata de la ciudad de El Alto.
La autoridad legislativa señaló que hasta el 13 de marzo deberán presentarse la ministra de Comunicación, Isabel Fernández, por el caso de las radios comunitarias; el ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, Iván Arias, por la situación en Boliviana de Aviación (BoA) y la Empresa de Telecomunicaciones (Entel) y, finalmente, el ministro de Deportes, Milton Navarro, por el tema de los Juegos Plurinacionales.
El otro bando
Los frentes que rivalizan con el MAS en las elecciones, despiertan a la arremetida de Evo Morales e intentan contraatacar.
El ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, manifestó que la Iglesia católica, la Unión Europea y la OEA reconocieron que hubo fraude y avalaron la transición. “Que Morales deje de hacer política y de confundir. En Bolivia lo que hay es un gobierno constitucional”.
El diputado Gonzalo Barrientos admitió que el MAS hace política. “No hemos podido encontrar la fórmula de la unidad”, agregó.
El postulante por Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, volvió al ataque: “Lamentablemente venimos de un fraude y podemos entrar a otro. El concepto es que el fraude no es solamente el electoral, es el fraude de compromisos que no se cumplen, de decir que vamos a ser candidatos transparentes y cuando estamos en el Gobierno, no somos”, expresó.
Senador dice que fraude no pasó del 3%
El senador del MAS, Omar Aguilar Condo, admitió que el informe de la OEA establece un margen de fraude de hasta el 3%, pero que eso no modifica que el MAS igual ganó las elecciones.
El director de Ethical Hacking, Jorge Gutiérrez, empresa que auditó ese proceso, dijo que esa declaración puede ser tomada como una admisión.
“La OEA ha detectado ‘aparentes irregularidades’ que a ellos les llevan a una conclusión de fraude, entre un 2 y un 2,8% máximo 3%. Nosotros hemos confiado en su trabajo. Si usted le reduce este porcentaje a los votos que el MAS obtuvo en las elecciones de octubre, igual hemos ganado ”, dijo el legislador masista.
Sin embargo, admite que ese triunfo pudo llevarlo a la segunda vuelta, “hoy hay un nuevo estudio, que dice que en base a investigaciones no hay tal fraude, por ello lo que corresponde es un nuevo informe. Tarde o temprano se conocerá la verdad, lo que hoy sabemos es que el MAS ganó”, manifestó.
Gutiérrez respondió que “no importa que se hubiera detetado el 1% de irregularidades, el proceso no va, peor el 10%. Decían que ganaron por el 10,3%, y ganaron, es lo mismo. Definitivamente, hubo fraude en las elecciones”, dijo.
Contraparte
Respuesta de la OEA
Para el diario El Mundo de España, la respuesta de la OEA fue “concluyente”: “El artículo no es honesto, ni está basado en hechos ni está completo. Sobre todo, no es científico. Contiene innumerables falsedades, inexactitudes y omisiones”. Y, sobre todo, se centra solo en una de las múltiples irregularidades encontradas.
Faltantes
La organización, que dirige Luis Almagro, desvela que el artículo ignora los principales descubrimientos de sus técnicos: cambios en las hojas de recuento, falsificación de las firmas de los funcionarios electorales, la existencia de dos servidores ocultos y sin autorización donde se manipularon datos y se falsificaron las hojas de recuento, la falta de cadena de custodia y las inexplicables incoherencias en el número de votos emitido. La Unión Europea, que contó con su propio equipo, “apoyó los hallazgos de la OEA y presentó pruebas de otras irregularidades”.