Medio: El Día
Fecha de la publicación: viernes 27 de abril de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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¿Es la versión boliviana del hamletiano Ser o no Ser, el dilema de ser “llunq’u” de Evo Morales o “llunq’u” del Imperio? Para mi otro yo, el inquilino de la gobernación chuquisaqueña, tal vez deseaba atar trenzas (así llaman en el Oriente los “huatos” o agujetas) a Evo Morales, a ver si “muñequeaba” que el re-re-estudio de Incahuasi, como la prórroga del Presidente, salía a favor de su departamento.
Encima, el candidato prorroguista observó, tal vez con esa forma de mimo hacia mujeres que sufren patadas y puñetes cuando no las asesinan, que no haya féminas de jefas ediles: “hermanas Bartolinas, la próxima gestión todas alcaldesas, ni un alcalde”, aduló. Mi otro yo pensó en el Fondioc: cuidadito que el encargo tenga licencia para robar, como 007 para matar, aunque no se las castigue porque son gobiernistas.
Me fui a la burla baja del regidor cruceño, quien tal vez es demasiado viejo para meter mano o sobar nalgas.
Se mofó de un alcalde cochabambino, preso por un supuesto sobreprecio de paquetes de mochilas y útiles escolares por un poco menos de 4 dólares: “le pelaste, te gustó la plata, metiste la pata...” Mi otro yo apuesta que busca apoyo para ser Gobernador, aunque tal avidez confirmara que es un “chupatetillas” más, ¿o del MAS? Cuídese además el loco Percy de no lanzar drones si él tiene techo de vidrio: ¡eso es peor que papera otoñal con “k’orotas” desinfladas!
Causó risa que el Encargado de Negocios de EE.UU no pudo tomar un café con nadie, sin que el Jefazo y algún “llunq’u” gritaran la alarma del ¡lobo, lobo! conspirativo. Mi otro yo pregunta por qué “Camión” Quintana no merece complejo de persecución o paranoia igual, al avisar desde Cuba que los yanquis conspiran para sepultar el progreso de Latinoamérica, quizá arruinada por ladrones y vivillos.
Mientras tanto, sigue el suspenso de cuántos “llunq’us” llevará Evo Morales al Mundial de Fútbol en Rusia. ¡Eso sí que es desarrollo, por lo menos de patea pelotas! ¿No llevaron a montonera de dudosos eruditos a la Corte Internacional de La Haya? Gracias a ellos, piensa mi otro yo, quizá los chilenos devolverán el mar, desminarán la frontera (salvo para matuteros), cerrarán la Zofri de Iquique y pagarán por el agua desviada del río Lauca y de manantiales de Silala.
Un rayito de esperanza fue conocer de boca del Almirante de Siete Mares de la poderosa Armada boliviana, la inauguración de un centro de estudios estratégicos con emblema de un ancla sobre el mundo entero, para analizar la salida al mar por el Océano Atlántico. Finalmente, pensó mi otro yo, la pena es que los marineritos quizá no saben ni nadar, o chapotean en las aguas barrosas de la represa de riego de La Angostura.
Extraña que el celo anticorrupción de la concejala oficialista y los fiscales “chupatetillas”, se ensaña contra las mochilas y el material escolar del Alcalde José María Leyes, mientras que un “charanguero” impune por puentes caídos no recibió ni un cocacho. Es poca cosa a la sombra de la corrupción del régimen de Evo Morales. Alfonso Gumucio Dragón lista desfalcos en el Fondo Indígena, contratos truchos a través de la querida presidencial, taladros de YPFB, el trastazo sin gas de la Jindal Steel, el asesinato en YPFB-Catler, avivadas en empresas estatales, barcazas chinas, cesión “tisgra” de PAT al Gobierno, la estafa en el Banco Unión, etc.
Y eso sin contar posibles negociados grandes: los sobreprecios; las contrataciones a dedo sin licitación, sin estudios de factibilidad ni supervisión ni auditorías, ni detalle de gastos. ¿Acaso no es vox populi de empresarios la coimisión que resta calidad en las obras? Quizá por ello hay aeropuertos con pistas de aterrizaje agujereadas, carreteras parchadas no bien inauguradas con bombos y platillos, escuelas sin maestros con paredes descalichadas, postas y hospitales donde tal vez rondan almas de difuntos por venir. ¿Pasarán desapercibidas cuando llegue la hora de las auditorías las alfombras voladoras del ministro Arce, los Toyota y el “catering” del Vice, el desvío de productos de EMAPA, los bienes incautados de DIRCABI, las licencias de software, etc.?
Tiene razón Gumucio Dragón, quién calla otorga. Tal vez los bolivianos somos cómplices de corruptelas que no tienen a culpables en la cárcel. Empezando por el prorroguista de 20 doctorados honoris causa, su impostor charlatán y sus secuaces, a quienes quizá solo una recua de burros re-re-reelegiría.