Medio: El Potosí
Fecha de la publicación: lunes 24 de febrero de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Fue reemplazado en el cargo por la senadora Jeanine Añez, que en un contexto de caos político, con fuerzas de Morales y de la oposición enfrentándose en la calles, pudo pacificar el país logrando coincidencias, tanto con los representantes parlamentarios del MAS, como con los líderes de los movimientos sociales afines. En la base de este acuerdo estaba la certidumbre que había que detener la violencia e ir a nuevas elecciones con un Tribunal Supremo Electoral completamente renovado.
Empero, si bien “la revolución de las pititas” -como se conoció a las movilizaciones que terminaron con el mandato de Morales- fue absolutamente unitaria como corriente anti MAS, los actores que la dirigieron y los partidos que llegaron al poder mostraron unidad solo por escasas semanas. Completamente seguros que el MAS había tenido una derrota de la cual nunca podría recuperarse, con su líder en el exterior y sus dirigentes locales asilados en embajadas y perseguidos por la justicia, se dieron a la tarea de construir su propia estrategia, buscando aprovechar la enorme oportunidad política que se abría para sus partidos y líderes a partir de la fragmentación de la oposición en varias candidaturas.
Prueba de ello es que para las elecciones venideras, la oposición presentó siete binomios presidenciales que se reclaman contrarios a Evo y buscan canalizar para sus alforjas electorales el sentimiento anti-MAS que es, en definitiva, el elemento ordenador de una buena parte del electorado citadino y de clase media.
Por su parte, luego del algunos atisbos de división dentro de su partido, Morales pudo hacer valer su centralidad en las decisiones del MAS e impuso al exministro de economía Luis Arce Catacora como candidato presidencial, acompañado de David Choquehuanca como candidato vicepresidencial. Es una fórmula que combina la posibilidad de seducir a la clase media citadina con un candidato como Arce quien, a la cabeza del Ministerio de Economía pudo mantener el tipo de cambio, una baja inflación y un crecimiento económico que llega al promedio del 5,1% del PIB, junto a David Choquehuanca con una capacidad de interpelación en los sectores campesinos, justamente los más importantes bastiones electorales del MAS.
En este contexto, el pasado domingo 16 de febrero se dieron a conocer los primeros resultados de una encuesta encargada por varios medios de comunicación que arrojaron resultados que hicieron repensar la estrategia opositora.
El efecto más notable de esta encuesta es que han terminado por operar como una suerte de primarias de oposición. En efecto, pocos días después de conocida la encuesta, Luis Fernando Camacho, el líder cívico conocido por llevar la biblia a Palacio de gobierno y que para muchos es un héroe de la resistencia a la “dictadura” de Morales, ha anunciado poner “en blanco” su candidatura para viabilizar un binomio de unidad que sea capaz de frenar al MAS así como reducir sus posibilidades de conseguir mayoría de los escaños parlamentarios en la futura Asamblea Legislativa. Quizás haya que esperar otra encuesta para ver qué candidato se baja y así viabiliza la unidad e la oposición.