Medio: La Patria
Fecha de la publicación: domingo 23 de febrero de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Se debe reconocer que entre las firmas encuestadoras hay de todo: Las dirigidas con fines sectarios que pretenden influir en los incautos, y las que desarrollan un trabajo responsable, con el propósito de ofrecer datos veraces. Pero también hay que tomar en cuenta que, pese a un buen trabajo en el levantamiento de datos, al final estos pueden cambiar:
Como en casi todo, las sorpresas no faltan, inclusive cuando se trata de un propósito serio y responsable. Un caso notable: El diario estadounidense Chicago Tribune, probablemente influido por alguna encuesta sobre los resultados de las elecciones de Estados Unidos en 1948, publicó en primera plana el día siguiente de las votaciones: «(Thomas E.) Dewey derrota a Truman». Pero lo cierto fue que el presunto perdedor, Harry Truman, fue el triunfador. ¿Se equivocaron los encuestadores? ¿Hubo precipitación del diario mencionado al publicar, como cierto, lo que no sucedió? No se conoce la causa de ese error.
Lo evidente es que hay casos, como el referido, en los que es corriente que se produzcan cambios de última hora, difíciles de detectar, modificando tendencias. Esto muestra que muchas veces, y pese a la confiabilidad de quienes trabajaron honestamente en llevar adelante encuestas, éstas pueden resultar fallidas.
En este periodo preelectoral boliviano se han publicado algunas encuestas que, como ya sucedió en las anteriores elecciones, no coinciden entre ellas. Se dice -y en esto hay alguna razón- que los resultados dependen de quien las encomendó y pagó. Pero aunque se trabaje responsablemente, los ciudadanos muchas veces cambian, algunos a última hora, haciendo que los pronósticos fallen.
La muy esperada última encuesta, fue tema de comentarios en un programa televisivo con la participación de politólogos, intelectuales y entendidos en procesos electorales. Se mostró, muy de pasada -esto no es nada nuevo- que las encuestas, aun las preparadas con corrección, suelen fallar, puesto que, ciertas veces, cambian las tendencias de los electores.
Seguramente, seguirán siendo publicados distintos pronósticos. Pero, al final, lo que debe prevalecer es la voluntad de los ciudadanos.