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Las encuestas de CiesMori para varios medios del país dejan la sensación de que los cuatro protagonistas que debían competir preelectoralmente, al menos hasta mediados de marzo, se han convertido en tres; Camacho está a punto de ser “participante”, aunque en esas encuestas tiene un número interesante de parlamentarios (8) y eso debiera animarlo a no bajarse aún y esperar una segunda encuesta que está a la vuelta de la esquina, pero, bajarse parece ser su intención, al proponer poner su “candidatura en blanco” (¿eufemismo de retiro?) previa reunión cívica en la que todos deben abrir espacio al que “puede derrotar a Evo”, que no va a ser candidato a presidente y a lo mejor ni siquiera a senador (si el TSE cumple con la ley).
Pero, “vivo” como es, el candidato busca irse en un escenario que lo arrulle y “reconozca su desprendimiento”, y sus seguidores ya se frotan las manos creyendo que eso estaría catapultándolo a la candidatura a la Gobernación, como si ser gobernador del departamento más grande y pujante del país sea un premio consuelo; me niego a aceptar semejante desatino, pero ese es un detalle que nos importa seguramente a los menos, que entendemos el valor de hacerse cargo de esto que es tan nuestro, pero ese es otro tema, como sea, el camachismo busca salir de su derrota, como si este fuera un acto de “patriotismo”, una especie de continuación de los 21 días en los que, evidentemente, fue el principal protagonista, aunque no el único.
Lo curioso de todo esto es que, si el sistema político, es decir sus contendientes, no aceptan arroparlo, construyendo una “unidad única” sin él, aunque lo situaría como el padrino de la criatura, Camacho (vía Jerjes Justiniano) asegura que seguirá como candidato, es decir, contribuirá nomás a hacer una democracia donde sea el ciudadano con su voto quien defina qué lugar tendrá cada uno, aunque suene el viejo cuento de “viene el lobo”, convertido en la figura de Evo Morales, que no va a ser candidato.
Eso es lo que puede generar el apresuramiento de la “vía del voto útil”; por ese medio los tantos se tendrían que acomodar de tal manera que los ciudadanos vuelquen sus miradas a las candidaturas 2 y 3, sin nombres aun, sin necesidad de que alguien”se baje o se pinte de blanco”, en una democracia formal, eso es lo deseable, que la gente defina con su voto lo que quiere; los gobernantes y los participantes son elegidos de abajo hacia arriba y no llegan por imposición de arriba hacia abajo. ¿En Bolivia, también?
¿Por qué digo apresurar? Por la propuesta de la “candidatura en blanco”, que no se entiende bien qué es, aunque se la asume como renuncia; la gente puede asumir hoy que Camacho reconoce su derrota y que por esa situación replanteará su voto y seguramente la elección será enfocada mayoritariamente entre tres, dado que ni Mesa ni Áñez dejarán sus aspiraciones hasta el final.
Es necesario que entendamos que estas elecciones van a ser parlamentarias, es decir, si no gana nadie en primera vuelta, como puede ocurrir, se tendrá, antes de elegir al presidente, la conformación parlamentaria definitiva y cada uno sabrá lo que tiene y aquí es cuando vale poner de nuevo o insistir en la tesis del “mejor tercero”, es decir, el que respalde al voto no masista ; con o sin voto útil, en estas condiciones, y con una segunda vuelta consolidada, los que logren representación parlamentaria podrán tener acercamientos buscando coincidencias y objetivos comunes, sabiendo quién es quién en la consideración ciudadana, como debió ser siempre, en base a los apoyos reales de cada uno de ellos, así es como se debe definir en una democracia parlamentaria.
Por eso es que digo que Camacho cometería un error retirándose hoy, cuando tiene 8 parlamentarios asegurados en base a los números de la primera encuesta, sin esperar lo que le dice la segunda; retirarse, si los números no le dan, como parece ser, es un acto de sensatez, así no lo arropen y lo “catapulten” a una nueva elección, es hora de que entiendan que el pueblo sabe que peleó por democracia, no por demos gracias (como muestran los resultados de los primeros sondeos).