Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: viernes 21 de febrero de 2020
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Y lo es por dos razones. En primera instancia, por el fondo de la decisión que tomó el TSE respecto de las candidaturas a de Evo Morales y Diego Pary, del MAS, y de Mario Cossío, de la alianza Creemos, a senadores por Cochabamba, Potosí y Tarija, respectivamente; además de la postulación de Jasmine Barrientos, del FPV a la vicepresidencia y de Luis Arce Catacora, del MAS, a la presidencia del Estado.
El TSE “desestimó, por falta de fundamento, las demandas de inhabilitación planteadas contra Luis Arce, candidato del MAS a la presidencia, que (…) cumplió con los requisitos para la habilitación”, señala el comunicado oficial.
En los casos de Morales, Pary, Cossío y Barrientos, el TSE dispuso la inhabilitación de sus candidaturas “por no cumplir con el requisito de la residencia permanente”.
La segunda razón por la que la acción del TSE se constituye en una inyección de confianza en las instituciones del Estado tiene que ver con la manera cómo el Órgano Electoral Plurinacional está llevando adelante el proceso electoral.
En efecto, y particularmente en esta etapa del análisis de las candidaturas observadas y/o impugnadas para decidir su habilitación o inhabilitación, el TSE cumplió con su trabajo ajustándose con rigor al calendario electoral y al marco jurídico vigente en el país.
Y ello, observando una actitud seria y de entereza institucional frente a las presiones en sentidos opuestos que ejercieron –mediante el anuncio de movilizaciones– el MAS y los cívicos cruceños respecto de la habilitación/inhabilitación de la candidatura de Evo Morales a primer senador por Cochabamba.
El anuncio de las resoluciones de la sala plena del TSE sobre esas cinco candidaturas, efectuado anoche por su presidente del TSE, incluyó una declaración honesta acerca de las repercusiones que espera: “… las decisiones jurisdiccionales asignan victorias y derrotas, y esos resultados sólo pueden generar reacciones y sentimientos contrastados”, dijo la autoridad electoral.
Las acciones del TSE y la imagen de integridad institucional que transmite ese organismo, mediante las intervenciones públicas de su presidente, tendrían que ser un ejemplo a seguir por los funcionarios, jerárquicos o no, del Estado. Y también por los líderes de organizaciones políticas y cívicas.