Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: miércoles 19 de febrero de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Existe un falso temor de que este partido pueda ganar en las venideras elecciones y retorne el masismo al poder; recordemos que , en las elecciones del 20 de octubre el criterio de un solo frente era el mismo de ahora. Pero en aquella oportunidad este pedido era el correcto y coherente, pues el Gobierno del MAS tenía en su poder a los cuatro órganos del Estado, en forma sumisa y obsecuente, principalmente al Tribunal Supremo Electoral.
A ello se suma la dictadura sindical impuesta rigurosamente en las organizaciones sociales que el Gobierno las fabricaba; los medios de comunicación la mayoría bajo la férula estatal y en su poder la mayoría de las gobernaciones y alcaldías.
No obstante esa realidad, desoyendo el clamor de formar un solo frente político, se presentaron nueve frentes o partidos a la contienda electoral; y, fuera de todo pronóstico y cábalas, el poderoso gobierno del Movimiento al Socialismo tuvo que recurrir al fraude para ganar, con ribetes escandalosos tanto nacional como internacionalmente, toda vez que el anuncio del fraude lo hizo la OEA; la interrogante es, dónde quedó el pedido clamoroso del pueblo de hacer un solo frente para aquellas elecciones y cómo con nueve frentes aquel Gobierno no pudo ganar recurriendo al fraude.
Hoy, el MAS se halla en una horrenda crisis con su máximo jefe asilado en la Argentina junto con el que fue su entorno palaciego, al lado de su cerebro que fue García Linera un tanto siniestro; y su principal ejecutor y el verdugo de la oposición Carlos Romero en una penitenciaría , sobra hablar del Sr. Quintana todos con mandamientos de aprehensión para responder por los delitos cometidos; pero, paradójicamente, muchos de nuestros conciudadanos siguen pensando que estos expulsados de Bolivia son candidatos a ganar en los próximos comicios y que se debe hacer un frente único para que no se disperse el voto.
El análisis más simple nos debe conducir a pensar cómo un Gobierno con 14 años de poder absoluto que impuso una dictadura sin par en la historia de Bolivia no pudo ganar en las elecciones del 20 de octubre pasado.
Y que ahora estos sin poder alguno con su máxima cúpula prófuga de la justicia se crea que podrían ganar las elecciones que vienen, la conclusión no necesita una respuesta.
El momento político que vive Bolivia es propicio para la democracia que precisamente se basa en la pluralidad de ideas, frentes y agrupaciones, que eviten que un solo partido o agrupación de individuos tome el poder total y absoluto, como lo hizo el oprobioso partido expulsado por los bolivianos.
Un frente único como muchos piden, y que supuestamente llegue al poder, tendría también el poder absoluto y podríamos repetir el pasado, la variedad evita el monopolio político que pudimos haber vivido, coherente con esto, Pericles, en su “Oración Fúnebre” decía: “Se nos llama democracia porque la administración está en manos de los muchos y no de los pocos”. Finalmente pensar que de los ocho contendientes siete renuncien a su candidatura es una utopía.