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Medio: La Patria
Fecha de la publicación: lunes 17 de febrero de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Es conveniente realizar una breve retrospectiva de los hechos suscitados hasta antes del 20 de octubre, día de las últimas elecciones presidenciales donde el partido en ejercicio de gobierno había salido vencedor de las justas electorales, creando un descontento generalizado en las diferentes regiones del país, la misma que daría curso a las protestas masivas y violentas con quemas a los Órganos Electorales Departamentales por parte de ciertos grupos denominados en "defensa de la democracia" como el Conade, Plataformas Ciudadanas, bloques de resistencia juvenil regional, el colegio médico, maestros, etc. A esto habría que sumar los Comités Cívicos departamentales, siendo los más gravitantes el Comité Cívico de Santa Cruz liderada por un empresario de la élite cruceña llamado Luis Fernando Camacho y el otro de la regional Potosina de nombre Marco A. Pumari. Ambos a grito airado expresaban en un principio una "segunda vuelta" de elecciones entre el primero y segundo partido más votado; luego direccionaron su protesta pidiendo la "renuncia del presidente"; al extremo de que el cívico cruceño redactó el mismo una carta de renuncia para el presidente cuyo tenor expresaba la incapacidad de gobernabilidad del mandatario; misiva que lo llevaría junto a su comitiva hasta el palacio de gobierno para que lo firmase el presidente de ese entonces. Irrumpiendo todo protocolo diplomático para la entrega de un documento de estas características al despacho presidencial; pues este cívico con aires de grandeza de su procedencia social y mofándose del fenotipo de las autoridades portuarias y de Estado, había hecho dos viajes junto a su comitiva a la sede de gobierno para entregarle en persona y a obligarle a que firme al presidente su carta de renuncia, sin lograr su objetivo. Una vez que la institución policial manifestó "motín policial", el caos y la anarquía de ingobernabilidad se hicieron presente en varias capitales del país. Las agresiones físicas, quemas a domicilios particulares y saqueos fue la característica de ese momento caótico. Lo más penoso para el conjunto mayor de la población boliviana; las protestas se originan en el reducido sector de la clase social pudiente en las principales ciudades capitales del país; manifestaciones de protesta que se extendieron en aglutinar a un grupo mayor de la población juvenil de diferentes estratos sociales, los mismos que conformándose en grupos de choque llamados "uniones juveniles" o "resistencias juveniles" en pro de la defensa de la democracia y respeto al voto, fueron participes directos en la mayoría de los desmanes y agresiones físicas violentas hacia los del sector de la periferia y del área rural. Fue el resurgir de una xenofobia histórica suprimida a lo largo de los siglos; el poder económico y control sistemático de los medios de comunicación fue la que decidió los desenlaces sociales y políticos de ese momento y a lo que se llegó ahora.
Ante la ola de anarquía desatada de ese momento caótico, diferentes líderes cívicos de los departamentos y de los partidos políticos de oposición, salieron a la palestra indicando que la democracia estaba en peligro y que debían de unirse sin distinción de clase y color político, con el eslogan de "primero está Bolivia". Pero al paso de este corto tiempo, esa unión fraterna entre todos los partidos políticos y la lucha por la democracia, se fueron fracturando tan rápidamente así como se habían juntado, sólo fue un espejismo efímero para mostrarse a los medios de comunicación, puesto que en el fondo, estos líderes siempre estaban buscando sus intereses regionales y partidarios de grupo y no así el interés por el bien común del país. El audio difundido en las redes sociales, aquella conversación telefónica grabada entre el cívico cruceño y el de Potosí, develó la verdadera intención oculta de estos dos personajes. Esa lucha de protesta para defender la democracia y la corrupción, sólo fue un pretexto como se lo habría imaginado otras más. Esa unión que fortificaba la supuesta visión de país, pues no existe; es más, se han ido distanciando y multiplicando estos grupos en función a sus intereses regionales y la fuerza de preferencia de su partido político, por eso en la actualidad existen más de nueve partidos y agrupaciones ciudadanas políticas pugnando a la silla presidencial. Cada agrupación política está velando sus intereses personales y partidarios como lobos hambrientos a la cacería, o como aquellos ladrones históricos del encuentro cultural del siglo XVI, que sentenciando al garrote al Inca y posicionando a otro Inca títere, se pusieron a saquear sistemáticamente los tesoros de los templos y santuarios a nombre del Rey de España y con la bendición de Dios, se les permitía enajenar y hacer genocidio. Parece "el mito del eterno retorno" del encuentro cultural entre estos dos grupos se sigue repitiendo a lo largo del tiempo, donde uno se cree el superior al otro y cree tener todos los derechos en subalternizar para ostentar el control de gobierno.
En este tiempo pre-electoral, he ido observando a los diferentes líderes de partidos políticos y agrupaciones ciudadanas, que no tienen una "visión de país", sólo hablan de la coyuntura y de lo que pasó; la actual presidente de transición, en todas sus intervenciones y discursos, siempre hace alusión a los 14 años de retraso, enajenación, corrupción, etc., etc., ya parece una letanía grabada y reproducida una y otra vez. Y en esa misma lógica, los otros líderes políticos que se muestran ante los medios radiales y televisivos, expresan lo mismo una y otra vez, y nunca plantean una visión de país con miras al futuro, de cómo sería Bolivia en el año 2050. El actual gobierno de transición pretende mostrar a la ciudadanía boliviana que está haciendo una lucha frontal contra la corrupción, atrapando y encerrando en cárceles a políticos adversarios; pero en su real faceta, en poco tiempo ya se han visto visos de corrupción millonaria, el caso del Gerente de Entel que después de subir el sueldo hasta en 10.000 bolivianos, a sus colaboradores, llegando a cobrar 30.000 bolivianos, se puso a pagar salarios y finiquitar aguinaldos a unos empleados que estuvieron un par de meses, se había fugado a Miami y atrapado con una millonaria suma de dinero en dólares. La exministra de comunicación, ya había denunciado en su carta de renuncia, ciertos usos desmedidos de presupuestos para los medios de comunicación a favor del actual gobierno de Estado; y por principio ético profesional había decidido renunciar.
El otro problema gravitante que se avecina, es la devaluación monetaria del boliviano; eso le tocó vivir a los diferentes países de Sudamérica como Argentina, Brasil, Perú, Venezuela y Chile con el estallido de manifestaciones por cause del alza del costo en el Metro. El problema de la subvención de la gasolina será el que agite la ola de protestas al igual que en Chile. Pues a Bolivia le toca vivir este problema quiérase o no; y los candidatos políticos no dicen nada al respecto, sólo hablan de los 14 años una y otra vez; pues ellos deberían plantear alternativas de solución con datos objetivos para hacer frente a esta crisis, y no estar lanzando acusaciones y difamaciones de guerra sucia, las acostumbradas por ciertos líderes en esta época pre-electoral. Los medios de prensa oral, escrita y televisivos deberán reflejar en su análisis de debate estos temas y en otros de real valía para el futuro de los bolivianos. Bolivia está en peligro y en una crisis social, política y económica. No existe una propuesta de ningún candidato para el futuro de nuestro país, la pregunta del millón ¿qué hacemos ahora?