- El Deber - Pailón libera la ruta hasta el martes y espera respuesta del TSE
- El Deber - Luis Arce enfrenta presiones para declinar su candidatura
- El Deber - Andrónico es proclamado en El Alto y promete luchar contra la crisis y la corrupción
- El Deber - Andrea Barrientos: “No voy a ser la vicepresidenta de Samuel”
- El Deber - TSE advierte con inhabilitar a candidatos que utilicen bienes del Estado
- EJU TV - Ubicación del voto duro del MAS
- UNITEL - El 14 de mayo arranca la inscripción de candidatos para las elecciones generales
- EJU TV - Diputado Hinojosa afirma que la «dupla ganadora» de UCS podría ser Johnny y Evo
- VISION 360 - Andrónico es proclamado en El Alto y pide elegir al candidato de manera orgánica
- EJU TV - Andrónico es proclamado en El Alto y pide elegir al candidato de manera orgánica
- El Periódico - El órgano electoral exhorta a partidos y organizaciones a auditar el padrón ahora
Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: lunes 17 de febrero de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Mucha ‘confusión’ es buena para la democracia. Se debe entender que esta confusión se genera a partir de una cantidad de ofertas o propuestas electorales, eso mueve a la gente que busca, escoge, decide, da marcha atrás, piensa, se replantea, de manera que es bueno. Pero en nuestro país hay confusión y no hay campaña verdadera, no hay gente en las calles, no hay propuestas, no hay ideas, fuerza. En suma, hay confusión sin acción política y eso no es bueno.
Mirando el panorama electoral nos damos cuenta de que los partidos y/o las agrupaciones inscribieron candidatos con muchos vacíos: personas que se sabía no podrían participar. En el MAS se puede entender el afán de enturbiar el proceso y que salga mal, ellos son los autores del caos, pero los registraron igual (¿por si acaso?). La gran mayoría de las listas no estaban llenas, da la impresión que los participantes directos del hecho electoral no se enteraron nunca del valor de esta elección.
Yo sostengo que estamos frente a la elección más importante de estos últimos 23 años de democracia que tuvo en Evo Morales a uno de los más importantes protagonistas, primero como el diputado más votado (1997, 70% del voto) y los últimos 18 siempre en la candidatura a presidente. El 2002 logró el 20,94% de los votos; en los comicios del 2005, con más del 50%, se adueñó ilegalmente de 14 años del gobierno de mayorías que no respetó las minorías ni los disensos, haciendo de este país una especie de espacio/prueba política que llegó a su fin cuando se lo puso contra las cuerdas desde el 21F (2016), lo que lo llevó a violar la CPE (fallo TCP, Noviembre de 2017). Luego, cuando ya no pudo ganar, recurrió al fraude.
Hoy estamos frente a candidatos que nunca fueron presidentes electos por el voto de los bolivianos: Tuto Quiroga, Carlos Mesa y Jeanine Áñez llegaron al cargo por sucesión constitucional, mientras que Luis Fernando Camacho y Luis Arce nunca fueron postulantes a nada, igual que los otros tres que no fueron gobernantes, de manera tal que estamos en un escenario renovado.
Evidentemente los citados no son todos los aspirantes, pero me permito llamar la atención del lector planteándole el escenario siguiente: de ocho candidatos, cuatro serán protagonistas: Arce Catacora, Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y Jeanine Áñez. Uno de ellos será el nuevo presidente. Los otros cuatro son participantes, no tienen chance, aun con la experiencia de Tuto o la ‘curiosidad’ que representa Chi.
Estamos frente a la posibilidad de elegir un jefe de Estado que tendrá la oportunidad de cerrar el mal tiempo de la ‘democracia limitada’, que en su recreación por el autoritarismo fue controlada institucionalmente, cerrando desde fuera la puerta para encontrar un ‘mejor futuro’ o, si no lo hace bien, cerrarla desde dentro, manteniendo el modelo y el sistema (cambiamos al autoritario y no el autoritarismo), sometiéndonos a varios años más de postergaciones, dándonos más de lo mismo, como lo que tuvimos hasta ahora.
Da la impresión de que el sistema político no está mirando correctamente el panorama, hasta hoy el proceso preeleccionario es mediocre y chato, como sostuvimos ya hace unas semanas.
Esa pequeñez se expresa en las listas mal elaboradas (como si los políticos no supieran que iba a haber elecciones) o, lo que es peor, incompletas, dando muestra de las limitaciones que tuvieron para conseguir poco menos de 400 personas; vaya uno a saber si ni siquiera generan confianza entre los suyos, esas no son buenas noticias.
Lo cierto es que, además de lo apuntado, en lo operativo no muestran renovación y sensación de un mejor futuro y en lo programático no nos ofrecen una sola novedad en cuanto al país que queremos, que no es, precisamente, el que tenemos.
Nos agrade o no, este es el panorama con el que nos encontramos a más de dos meses de los comicios y del que tenemos que buscar el o la candidata por la cual vamos a votar. El tema será saber si, como electores, sabremos sumergirnos en las profundidades para ver si allá en el fondo encontramos alguna esperanza o terminaremos, otra vez, escogiendo al ‘menos malo’, o a quien nos resulte más útil para evitar que el presidente sea el que menos nos agrada.
Esas no son buenas noticias, definitivamente la democracia está para otra cosa.