Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: domingo 16 de febrero de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Los comicios presidenciales del 3 de mayo encuentran a los jóvenes mucho más conscientes del poder que tiene su voto y de las posibles consecuencias que traería consigo una mala elección del próximo presidente o presidenta.
A ello se suma la incertidumbre por el futuro del país luego de los comicios generales, algo que los jóvenes no pueden avizorar con claridad debido a muchos factores, como el desencanto por la política, que es resultado de la aguda crisis que vivió Bolivia tras el fraude electoral de 2019.
Estas son algunas de las conclusiones que surgieron del sondeo periodístico que realizó la Agencia Boliviana de Información (ABI) a 40 jóvenes de entre 17 y 19 años, en nueve municipios de siete departamentos del país. Casi la totalidad votará por primera vez en los próximos comicios.
Las entrevistas fueron desarrolladas entre el 3 y 8 de febrero, lapso en el que si bien el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya dio luz verde para el inicio de la campaña electoral, los medios de comunicación y redes sociales aún no inundaron a la población con la propaganda proselitista.
Según el criterio de la analista política Jimena Costa, hasta hace pocos meses se creía que la apatía de la juventud por la política y la realidad del país era una regla; sin embargo, la lucha que protagonizaron tras conocerse el fraude del año pasado demostró que ocurría lo contrario.
“Lo que ha sucedido en octubre y noviembre (de 2019) nos muestra el error en esa evaluación. La población juvenil está expectante de lo que pasa en el país”, manifestó.
La crisis política y social que desencadenó el fraude electoral, además de la renuncia y posterior salida del país de Evo Morales, no pasó desapercibida para una generación que no había conocido otro gobierno más que el del Movimiento al Socialismo (MAS). “Después de todo lo que se suscitó en el país hemos tomado conciencia y vamos a saber elegir de mejor manera en estas elecciones”, señaló Gisela Carlo, estudiante de 17 años de la unidad educativa Topáter, La Paz.
Según los datos del sondeo, el 87% (35 jóvenes) aseguró que votar representa la ocasión ideal para elegir a un buen mandatario y que con su voto pueden colaborar a ese cometido.
“Si uno vota nulo, eso se va al candidato más apoyado, y posiblemente a alguien que no queremos que gane las elecciones”, aseguró Aracely Vallejos, joven de 17 años de la unidad educativa Alberto Moscoso, de Yanacachi, provincia Sud Yungas de La Paz.
Un 13% (cinco jóvenes) de los entrevistados manifestó que el sufragio es una obligación que deben cumplir porque el Estado así lo dispone.
Desde el análisis del secretario ejecutivo interino de la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES) del departamento de La Paz, Jorge Barrera, existe una división entre quienes saben que su voto es clave para elegir a un buen gobierno y los que votan por obligación porque “todos los políticos son malos”.
Presión para optar por un candidato
La supuesta inexperiencia del joven votante es uno de los prejuicios más constantes en los procesos electorales. En palabras de los participantes del sondeo, ese es el resultado de un criterio “adultocentrista” que subestima su capacidad para interpretar la realidad.
Los jóvenes contaron que el círculo familiar no está exento del debate político. Muchas veces, las preferencias de los padres por un partido o candidato pasan a convertirse en consignas para sus hijos.
Sin embargo, los resultados del sondeo demuestran que de los 40 entrevistados, el 73% (29 entrevistados) afirma que no recibe ningún tipo de presión para inclinarse por un determinado candidato.
El restante 27% (11 jóvenes) aseguró que siente una fuerte influencia de sus familiares, pero que pese a eso, ellos decidirán a quién apoyarán.
“Recientemente, mi familia ha quedado en que nadie iba a votar por el MAS porque Evo (Morales) iba a candidatear, pero yo decido”, declaró Mishel Bustamante, estudiante del colegio nacional Simón Bolívar N° 1 de La Paz.
La analista Costa cuestionó que en plena democracia persista el sometimiento a este tipo de presiones en los hogares e incluso dentro de las comunidades, donde la imposición es más fuerte.
“Qué duro que aún no se respete el criterio básico de la democracia, que es el voto libre. Ningún adulto, por muy padre o madre que sea, debería influir en el voto de sus hijos”, señaló.
En esa línea, la politóloga sostuvo que los jóvenes dejan de lado las presiones porque responden a un grupo que nació en democracia, muy distinto a las generaciones pasadas, que vivieron otro tipo de contextos.
“Ellos tienen que decidir sobre lo que quieren, eso les da la posibilidad de discernir y se deja de lado ese prejuicio de que son manipulables”, agregó.