Medio: El Deber
Fecha de la publicación: jueves 26 de abril de 2018
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Judicial
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Cuando el que ha grabado al corrupto es además un miembro de la banda, estás jodido y no te queda otra que admitir que tu voz era nomás la de la grabación y que te vas a sacrificar para proteger a los de arriba.
Eso es más o menos lo que ocurrió en Cochabamba la semana pasada, cuando los demócratas presentaron una grabación que revela cómo el fiscal departamental aprieta a tres fiscales anticorrupción, para que no presenten la acusación contra el exalcalde masista Edwin Castellanos, por la bochornosa caída del puente Independencia.
En el sabroso audio, que merece estar en el top 10 de chats y quien sabe hasta un premio Grammy, se escucha clarito cómo el fiscal Óscar Vera, primero a las buenas y después a las malas, presiona a Sandra Mamani, Gustavo Ardaya y Juan Pablo Guzmán, para librar de su responsabilidad al célebre Cholango. Lo interesante de esta piecita de audio es que tiene una letra oculta que al parecer solo ha sido escuchada por los oídos más agudos. La letra oficial dice evidentemente cosas que todos sabíamos hace mucho tiempo y que lamentablemente ya no nos sorprenden.
Dice que los amigos de azul son unos inútiles en la gestión, que son más corruptos que la palabra. Dice que el MAS controla el Poder Judicial para perseguir a los opositores, pero también para proteger a los suyos y evitar que rindan cuentas ante la justicia por sus tropelías y atropellos. Nada nuevo, ¿no es así?
En el último tercio del audio los tres fiscales anticorrupción se ponen firmes y le dicen de frente nomás al fiscal departamental que esta vez no van a poder obedecer las órdenes de arriba, y que esta vez no les queda otra que obedecer la ley y que esta vez deben proceder con la acusación que manda la norma. Pero no vaya usted a creer que le dicen eso por un arresto súbito de idoneidad y transparencia, no señor; le dicen eso a su superior, y aquí viene la letra oculta de la canción, porque consideran que la protección que su jefe les está ofreciendo ya no es suficiente, porque “la situación política va a cambiar pronto” y entonces él ya no los podrá encubrir, y que entonces terminarán presos ellos mismos.
Esa sí que puede ser una novedad para muchos. Que los funcionarios judiciales puestos allí por el gobierno ya no quieran hacerles caso, señalando que en cualquier momento las cosas pueden cambiar, es un síntoma importantísimo que no debe pasar desapercibido.
La manada ha percibido que el líder está herido de muerte y el olor a sangre les ha quitado el sentido de la sumisión y de la lealtad.
Este mensaje medio oculto todavía, debe servirles a todos los que, estando en desacuerdo con la violación al 21F y con la continuidad del MAS, y que sin querer lo apoyan indirectamente, diciendo que le tienen miedo a un futuro inmediato con Evo Morales en la oposición, controlándolo todo y manejando a todos, como si nada hubiera pasado después de su salida.
Para ellos es este mensaje, que confirma crudamente que en política el poder se controla solamente con poder y que cuando el poderoso ya no está en el poder, los que fueron sus vasallos se acomodan con el nuevo poder, pues ante todo buscan cuidar sus propios intereses.