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Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: martes 24 de abril de 2018
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Procesos contra autoridades electas
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Editorial
El alcalde Leyes y una justicia que discrimina
Este diario ha mantenido una posición editorial de denuncia de los hechos de corrupción. En el caso de la compra de mochilas chinas por parte del alcalde de Cochabamba, José María Leyes, señaló que éste debe esclarecer el hecho, que tiene muchas inconsistencias, desde la manera cómo se hizo la adjudicación, el supuesto sobreprecio de 10,1 millones de bolivianos (1,5 millones de dólares), la conformación de la empresa que haría la dotación sólo cuatro días antes de la licitación, etc. O sea que existen importantes indicios de irregularidades.
Como atenuante de las acciones de Leyes se debe expresar que el pago a
la empresa adjudicataria no se ejecutó y que por lo tanto el daño
económico no llegó a producirse.
Por todo ello, la declaratoria de “mártir del 21F”, conferida por Rubén Costas a Leyes sale sobrando.
Es mejor que los correligionarios de Leyes mantengan una prudente distancia al respecto.
Lo que sí llama la atención es la diferencia con la que actúan las
autoridades nacionales y los operadores de justicia ante situaciones que
afectan al oficialismo. José María Leyes fue aprehendido sólo 17 días
después de la primera denuncia sobre el caso, realizada por la concejala
masista de Cochabamba, Rocío Molina el 3 de abril. Las sindicaciones
contra Leyes estuvieron acompañadas por un masivo ataque generalizado,
del que participó incluso el ministro de Justicia, Héctor Arce Zaconeta.
Tras ser aprehendido el viernes 20, y pasar la noche en una celda, el
juez Luis Fernando Pérez determinó el sábado 21 que el alcalde sea
sancionado con detención domiciliaria, pague una fianza de 200 mil
bolivianos, esté arraigado, no tome contacto con funcionarios del
municipio y no comente sobre el hecho del que se lo acusa. Por lo tanto,
además de dar esa sanción, lo que el juez Pérez hizo fue destituir de
facto a Leyes como alcalde.
Hay que recordar que no existe acusación formal contra el alcalde y
menos aún se ha iniciado el proceso judicial. Y ya está detenido e
imposibilitado de ejercer sus funciones. En palabras sencillas, se ha
cambiado el concepto de “presunción de inocencia” por el de “suposición
de culpabilidad”.
Aunque para los ciudadanos el mensaje sea que las irregularidades son
parte intrínseca del ejercicio de la función pública, hay que enfatizar
en el hecho de que las autoridades y los operadores de justicia no
muestran la misma indignación ni celeridad ni deseo de esclarecer las
decenas de denuncias que afectan al oficialismo. Que el Gobierno usa a
la Justicia con fines políticos ha quedado, una vez más, claro, y es de
lamentar pues el mensaje no es que no se tolera la corrupción, sino que
se la aprovecha o se la relativiza según convenga.
El mismo viernes en el que Leyes fue aprehendido, integrantes de su
partido, Unión Demócrata, difundieron un audio en el que se escucha
supuestamente la voz del fiscal departamental de Cochabamba, Óscar Vera,
quien presiona a dos fiscales de materia para que no investiguen el
caso de un puente mal construido en la gestión del antecesor de Leyes,
el alcalde Edwin Castellanos, del MAS. Vera dice en el audio, en el que
intenta manipular a los fiscales Sandra Mamani, Gustavo Ardaya y Pablo
Guzmán, que tiene todo “controlado” en el Órgano Judicial. El puente en
cuestión, llamado Independencia, colapsó en la ciudad. Su costo fue de
11 millones de bolivianos. En ese caso, sí hubo daño económico al Estado
porque el dinero fue efectivamente erogado. Pero Castellanos no fue
sancionado; por el contrario transita (en estado de ebriedad algunas
veces) con total libertad.
Asimismo, en las últimas semanas se han denunciado graves
irregularidades que afectan a autoridades del Gobierno, pero ni el
ministro Arce ni los fiscales ni nadie ha movido un dedo.
Aunque no parece compartir este criterio, la corrupción es un asunto que
está dañando la legitimidad de este Gobierno, y lo menos que se debería
hacer es apañarla en algunos casos y usarla con fines de persecución
política en otros.