El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, descartó presentar su renuncia ante la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), debido que los órganos del Estado que designan a los vocales no tienen la “facultad de remoción” de las autoridades del ente electoral.

“El poder que nos ha designado no tiene la facultad de remoción. Cuando cambie la ALP, los colegas que fueron elegidos por la actual ALP no tienen que renunciar, y lo mismo sucede con los vocales designados por el Órgano Ejecutivo”, aclaró Romero entrevistado por Unitel.

Romero indicó además que fue designado por el poder Ejecutivo para formar parte de la ex Corte Nacional Electoral (CNE) desde 2004 hasta 2008 y permaneció en las gestiones de tres mandatarios.
Indicó además que el organismo electoral actuará como un “vigilante” estricto y severo en el control de publicidad de campaña, así como el uso de bienes estatales.

“El TSE va a ser un vigilante severo (y) estricto de la imparcialidad en el manejo de publicidad y de los bienes públicos del Estado”, manifestó Romero a la Red Unitel.

Al ser consultado sobre la candidatura de la presidenta Jeanine Áñez a la presidencia y su posición como vocal designado por el Órgano Ejecutivo, Romero sostuvo que no corresponde poner a disposición su cargo ante la Asamblea Legislativa Plurinacional, debido a que no compete.

“Los vocales electorales no somos delegados ni representantes de ningún órgano del Estado. Que los vocales hayan sido designados por el poder Ejecutivo o por la ALP no nos convierte en portavoces de esos poderes.

Nuestra tarea continúa siendo apuntar a llevar adelante un proceso (eleccionario) transparente”, dijo.

Romero aseguró que los siete vocales que forman el TSE asumieron sus funciones con la tarea de llevar adelante un proceso electoral “imparcial” frente a todas las organizaciones políticas e independientemente de los poderes del Estado.