Medio: El Día
Fecha de la publicación: jueves 23 de enero de 2020
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Tal vez nunca más se vuelva a conseguir la mística que está operando en el país y que se traduce en un gobierno de la opinión pública, lo mejor que puede suceder en democracia, pues es lo más cercano que existe a la soberanía del pueblo. Hemos visto cómo la presidenta ha tenido que despedir inmediatamente a funcionarios que cometieron errores; el ex ministro Carlos Romero está preso justamente por la presión la gente que se expresa en las calles, a través de los medios de comunicación y las redes sociales y vemos cómo las autoridades deciden sepultar el caso terrorismo luego de una andanada de críticas hacia posturas contradictorias no exentas de sospechas.
Seguir los lineamientos ciudadanos significa en este momento desmantelar el régimen que dejó el cocalero prófugo. Mostrar a los principales protagonistas del narco-estado que se estaba construyendo en el país, revelar todos los casos que estaban prohibidos de investigarse y que gozaban de impunidad. La lista es muy extensa y obviamente está bien empezar por el clan Terán, ligado íntimamente a Evo Morales. El pueblo también quiere saber qué ocurrió con la periodista Analy Huaycho, quién protegía al general Sanabria, cómo se perpetró la masacre de El Porvenir, quiénes fueron los artífices de la matanza del hotel Las Américas y el atentado a la casa del Cardenal Terrazas; qué ministros autorizaron el saqueo del Fondo Indígena y naturalmente, todos los detalles de los abusos cometidos contra menores de edad y que apuntan al ex mandatario.
Es el momento de darle palestra al ciudadano, ávido de conocer la verdad. Más tarde cobrarán fuerza políticos que son expertos en negociarlo todo y que durante estos 14 años se han portado condescendientes con la dictadura y en algunos casos han sido cómplices. A ellos hay que identificarlos y no permitirles que no enturbien el horizonte de esperanza que estamos viviendo.
Lo que se haga en este tiempo y se haga bien, con apego a las leyes, pero con toda la energía que emana de la ciudadanía, marcará el rumbo de la nueva democracia que estamos llamados a construir, con justicia, sin impunidad y en estricta relación con el estado de derecho. Es una oportunidad única que no debemos dejar pasar.
Es el momento de darle palestra al ciudadano, ávido de conocer la verdad. Más tarde cobrarán fuerza políticos que son expertos en negociarlo todo y que durante estos 14 años se han portado condescendientes con la dictadura y en algunos casos han sido cómplices. A ellos hay que identificarlos y no permitirles que no enturbien el horizonte de esperanza que estamos viviendo.