Medio: El Día
Fecha de la publicación: viernes 17 de enero de 2020
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Problemas de gobernabilidad
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El expresidente sigue con el trauma y cacofonía de un supuesto “golpe de estado” que jamás existió, si no que el pueblo cansado de su mansedumbre se reveló contra los que ejercían el poder de forma nefasta y nerónica. Esto demuestra, que la democracia, la paz y la reconciliación son sus enemigos íntimos y, la violencia, el odio y el retroceso de mejores días para los bolivianos son sus amantes perfectos.
Frente a esa amenaza el pueblo boliviano debe mantenerse unido y rechazar toda orquesta de terror y rencor que propone el exmandatario. Don Evo, astutamente o por consejo de “alguien” posteriormente se dio cuenta de su craso error al utilizar la palabra “armada” y camufló suprimiendo su desafortunada expresión bélico-delincuencial en la red social: “El movimiento indígena originario campesino, orgánicamente ha tenido su seguridad.
En algunas regiones se llamó guardia comunal; en otros tiempos: milicias. Ahora, policía sindical o seguridad sindical. Todo en el marco de nuestros usos y costumbres, y respetando la Constitución”. Lo manifestado por el señor Morales es la crónica de un tiranicidio anunciado por pretender formar grupos delincuenciales violentos para derramar la sangre del pueblo boliviano que en pleno siglo XXI significa adecuar la conducta a los delitos de genocidio, terrorismo y de lesa humanidad que en la actual Constitución Política, son imprescriptibles.
Don Evo Morales habla de persecución política y de inconstitucionalidad y yo le pregunto ¿y la persecución dantesca político-judicial iniciada por su gobierno y sus esbirros adulones que sabían que estaban actuando ilegalmente y así aprobaron su cruel proceder destruyendo a familias enteras? Se delinque por acción y omisión, por lo tanto, todos los que aprobaron este accionar violentando la ley penal (todos sus Ministros que lo acompañaron durante sus casi catorce años de gobierno deben responder a través de un debido proceso penal garantista, acusatorio y público con pruebas contundentes que demuestren la responsabilidad penal de los acusados).
Habría que abrirles también una investigación de fortuna por legitimación de ganancias ilícitas, porque muchos de ellos son los nuevos ricos de Bolivia. El exmandatario debe entender que, las milicias o grupos irregulares al margen de la ley van a servir para proteger y crear más delincuencia organizada como cárteles para traficar sustancias controladas, corrupción, violencia, sicariato, violaciones sexuales, torturas, secuestro, extorsión y combatir a rivales políticos de su “jefe”. De ninguna manera las milicias armadas pueden restaurar la ley, porque serán los próximos buscados por los órganos de investigación criminal por sus acciones punibles.
Estos malvivientes se vuelven despiadados y su lenguaje es el terror y muerte a los inocentes que ellos consideran enemigos. La inseguridad se hace latente. Es verdad que en algunos Estados como México, Colombia, El Salvador y Brasil bajo el principio de legítima defensa existen muchos ciudadanos que han tomado las armas para defender su vida e integridad física tanto individual y familiar por la ola delincuencial que azota a dichos países, y esto es, por culpa del Estado que les ha fallado en garantizarles su protección.
Es decir, su fin es proteger su vida y la de los suyos frente al delito. En cambio, lo que propone don Evo Morales es delincuencial porque quiere que sus seguidores y correligionarios actúen fuera de lo que permite la ley a través de los cañones de sus armas sofisticadas traídas del exterior (delito de tráfico de armas) para corroer la paz y tranquilidad pública y, solo con el objetivo de dar “golpe de Estado”, desestabilizar y tumbar a cualquier gobierno con su falso eslogan “Patria o muerte”. Dios quiera que el actual gobierno de la presidenta Añez no trance con alguno de los correchepillos bribones y secuaces del otrora “jefazo” masistoide.