Medio: La Patria
Fecha de la publicación: miércoles 15 de enero de 2020
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Las cosas que ya mostraban abiertas transgresiones al derecho de asilo diplomático, pasaron a niveles de franca condescendencia hacia un asilado que se ha permitido revelar un "plan para organizar milicias en Bolivia, como las que funcionan en Venezuela". Semejante declaración es una abierta provocación al Gobierno de Transición constituido legalmente en Bolivia y obliga a que los mecanismos de control interno y de preservación de la seguridad ciudadana y la garantía para cuidar los bienes públicos y privados, deban activarse de inmediato, no sin antes advertir seriamente la amenaza pública del exdirigente político que transgrede las reglas del asilo diplomático y emite una "descabellada amenaza" en contra de la democracia boliviana y la convivencia pacífica de su comunidad.
Este último exabrupto político, ha pasado de los límites racionalmente permisibles en una situación ya bastante complicada para un expresidente que huyó de su país abandonando su cargo, tras comprobársele la comisión de un delito que alteró el libre derecho al voto ciudadano, por supuesto una transgresión a las leyes y la Constitución, que merece una sanción ejemplarizadora, para evitar cualquier otra aventura que se pretenda cumplir en función de tiempo y espacio, como la última de 14 años.
La intimidación de Evo Morales, emitida desde territorio argentino, el país que lo asila, pero lamentablemente no regula sus acciones que abierta y públicamente están convocando a la subversión, a la violencia y al enfrentamiento entre bolivianos, algo que en cualquier Estado se considera un flagrante delito de graves connotaciones por resultados que pudiesen darse a la sombra de la transgresión de normas de relaciones internacionales.
La reacción de rechazo ha sido abierta en los diferentes sectores políticos y de la sociedad civil boliviana, han reaccionado los políticos, las organizaciones socio laborales, la Iglesia Católica, las entidades estudiantiles y los movimientos cívicos, coincidiendo con la posición de la Presidenta cuando responde asegurando que "ante el propósito de sembrar terror y violencia, sólo encontrará al pueblo boliviano unido".
La amenaza de "armar milicias como en Venezuela", es un despropósito de Morales que indudablemente perturba la paz y la seguridad de los bolivianos, se lamenta que tales acciones subversivas sean originadas en un país vecino cuyas normas diplomáticas parecen haber sido ignoradas por un asilado que es reclamado en Bolivia, para que rinda cuentas del uso de los recursos bolivianos por más de una década.
La coincidencia se generaliza a nivel nacional, junto a la Iglesia que exhorta a construir y fortalecer la paz, sin provocar enfrentamientos que son la causa de las tragedias sociales, como sucedió en noviembre pasado, poniendo en riesgo la vida de miles de personas, por cumplir consignas de violencia y muerte, alentadas por quienes perdieron el poder y el sentido de convivencia fraternal.