Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: miércoles 15 de enero de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Sería un absurdo negar el valor, en la extensión de la palabra, que tuvo como líder cívico el cruceño L. F. Camacho quien, en un inolvidable cabildo, logró concentrar más de un millón y medio de personas, lo que fue el principio del fin de la tiranía instaurada por el MAS y Evo Morales, a ello se sumó la también admirable actitud del joven líder cívico potosino, M. A. Pumari.
Las heroicas jornadas que continuaron por 21 días engrosadas por el país entero, culminaron con la renuncia y fuga de Evo Morales y Álvaro García, quienes al abandonar el territorio nacional, por disposición constitucional perdieron sus mandatos.
Sin embargo, el invalorable aporte de ambos dirigentes cívicos de ninguna manera los califica para catapultarse a la movediza arena política, bajo el riesgo de ser engullidos por ella dada su inexperiencia. Dijimos, en su oportunidad, que no por madrugar amanece más temprano y que su prematura pretensión de encumbrarse en las más elevadas dignidades del Estado tendría como resultado un probable fracaso.
Lo anterior tuvo como una primera prueba la pública y escandalosa discrepancia que tuvieron, lo que les significó a ambos una sorda desaprobación de la opinión pública. Desavenencia que en apariencia ha sido superada cuando los últimos días de diciembre pasado anunciaron su decisión de postularse a la presidencia y vicepresidencia de la república. Resulta necesario reiterar que su falta de experiencia política lo único que lograría, si se aferran a esta prematura pretensión, es perjudicar al interés nacional y favorecería a quienes ellos, respaldados por una inmensa mayoría del pueblo, lograron sacar del poder.
Lo inteligente y saludable, por parte de estos exitosos líderes cívicos, sería escuchar y acoger la convocatoria que acaba de hacer el expresidente Jorge Tuto Quiroga, mediante el anuncio oficial de su candidatura a la presidencia de la república, acompañado de un extenso mensaje a Bolivia y de un perfil coherente de un plan de gobierno. Él, sin duda alguna, tiene las características y cualidades de un estadista con un innegable prestigio internacional.
Del atento entendimiento de la propuesta elaborada por Tuto se arriba a la conclusión de que es el más calificado pretendiente a la silla presidencial, extremo que será comprobado por toda la opinión pública boliviana a momento de enfrentarse en debates públicos a sus circunstanciales oponentes.
Además de ser coherente, realista e inteligente, el planteamiento hecho a Bolivia, es evidente, tiene todas las características de un pensamiento social y demócrata, que parecería arrancado de las enseñanzas del revisionista del marxismo, el célebre filósofo y político Eduard Berstein, quien en suma sostiene que se debe hacer del proletario un burgués y no convertir a un burgués en proletario.
Esto se entiende cuando Tuto Quiroga proclama que la riqueza debe volver a los bolivianos y ser distribuida entre ellos, hablando incluso de la distribución de acciones a las que denomina “Pititas” en tácita propuesta de una verdadera alianza de clases.
Es recomendable escuchar y leer su propuesta dirigida a Bolivia. El ideal de los ideales sería que Tuto persuada a la ciudadana Jeanine Añez para que sea su acompañante de una imbatible fórmula o en su defecto buscar a una ciudadana oriental para dar equilibrio regional a la dupla y cumplir con el mandato constitucional de equidad de género.
L.F. Camacho y M. A. Pumari deberían, inteligente y patrióticamente, sumarse a esa causa y postularse a primeros senadores o diputados por Santa Cruz y Potosí o alternativamente a gobernadores de sus Departamentos. La mejor escuela para aprender política y conocer la realidad integral de Bolivia es el Parlamento; cinco años en política pasan fugazmente y ambos valientes y reconocidos líderes cívicos entonces estarían preparados para asumir las más altas dignidades del Estado a partir del año 2025.
Si las bolivianas y los bolivianos capaces de emitir voto el 3 de mayo entendemos debidamente la propuesta de Tuto, es más que seguro que tanto Evo Morales como su desarticulado partido el MAS quedarían políticamente sepultados junto a su temeraria y demencial propuesta de crear milicias armadas, obviamente para proteger al narcotráfico.
“Nadie se cansa, nadie se rinde” y las pititas seguirán triunfando.