Medio: El Diario
Fecha de la publicación: martes 14 de enero de 2020
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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Conviene tener en cuenta que en 2003, el Sr. Carlos Mesa asumió la Presidencia en virtud de la sucesión constitucional por la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada; luego, en 2005 el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Eduardo Rodríguez, asumió la primera magistratura por la renuncia del Sr. Carlos Mesa. Finalmente, corresponde señalar que el propio Carlos Mesa, cuando Evo Morales se hizo cargo de la Presidencia lo hizo en su reemplazo, legalmente y no como un interinato, sino una sucesión legalmente dispuesta por la Carta Magna.
Consecuentemente, la Dra. Jeanine Áñez asumió la presidencia por derecho propio en su condición de Presidenta del Senado Nacional (ante las renuncias del presidente Evo Morales, del vicepresidente Álvaro García Linera, de la presidenta de Senadores, del presidente de Diputados y del senador Medinaceli), al haber quedado en la línea sucesoria. Por consiguiente, su mandato es absolutamente constitucional y no da lugar a dudas o susceptibilidades de ninguna clase, en otras palabras, es Presidenta Constitucional de Bolivia y su tiempo de gobierno no está ni puede ser limitado porque está sujeto al tiempo que dure el proceso electoral administrado por el Órgano Electoral.
Se habla de que sí puede prorrogarse; esa prórroga, si se produce, dependerá de las circunstancias y no porque ella así lo desee. Por supuesto que lo que haga estará en el marco de la Constitución y las leyes y no será decisión o resolución arbitraria, sino acorde con las urgencias y necesidades del país. Lo importante es que habrá nuevas elecciones y se espera que esta vez sean correctas, límpidas y legales; de ninguna manera pueden repetirse los hechos ilegales que buscaban una cuarta reelección para el Sr. Evo Morales, que ya su tercer período lo ejerció ilegalmente porque él no podía ser Presidente por más de dos períodos o sea del 2005 al 2014.
No cabe, pues, que la ignorancia de los preceptos constitucionales y de las leyes haga cometer el equívoco de que el actual régimen es transitorio, provisional o transaccional; es, desde todo punto de vista moral, constitucional y legal, un gobierno constitucional sin discusión alguna. Lo demás es buscar incorrecciones donde no hay o, simplemente, es ponerle dificultades al régimen de la presidenta Jeanine Áñez que, con seguridad, hará entrega del mando de la nación a quien resulte ganador de las próximas elecciones.
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