Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 05 de enero de 2020
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
“Si bien surgieron tensiones con algunos países, se retiró la participación de Bolivia de organismos internacionales, creo que el manejo es el adecuado. Este momento difícil también es resultado de la transición. En este periodo tenía que haber algunos cambios radicales, porque estamos pasando de un gobierno que ha ideologizado nuestras relaciones internacionales a uno que intenta ser más pragmático”, indicó el analista y diplomático Andrés Guzmán.
Para el excónsul Ramiro Prudencio, la ideología no debe ingresar en las políticas exteriores de un país. “Eso fue lo malo de Morales: haber ideologizado nuestra política internacional. Ser amigos de unos y enemigos de otros”, opinó.
La canciller del Estado, Karen Longaric, indicó que durante 14 años el pasado Gobierno utilizó las embajadas y consulados como centros de operación política para consolidar la imagen de Evo Morales en el exterior.
“Eran usados para garantizar amistades y simpatías. Cuando asumimos el cargo vimos cuán difícil es desmontar ese aparato construido durante 14 años”, declaró Longaric a Página Siete.
Cuatro decisiones diplomáticas
1 El 15 de noviembre de 2019, el Gobierno transitorio destituyó de sus funciones al 80% de los embajadores bolivianos en el exterior. Según explicó entonces la canciller Longaric, la medida se debía que sólo el 20% de los asignados por Morales habían presentado su carta de renuncia.
La medida era un reto, ya que implicaba estructurar un servicio en el exterior que lleve al mundo un mensaje de que en Bolivia no hubo un golpe de Estado.
De inmediato las tensiones empezaron. Hubo embajadores designados por el MAS que se negaron a dejar sus cargos y los nuevos no pudieron asumir funciones. Argentina y México anunciaron que no reconocerían al Gobierno de transición.
2 En sus primeras semanas, el gobierno de Añez dio a conocer que Bolivia se desvinculaba del ALBA y se unía al Grupo de Lima. Además, denunciaba el tratado de la Unasur para también alejarse.
“La cercanía que tenía Morales con los países del ALBA y Unasur respondía a una línea política de países alineados al socialismo del siglo XXI. El Gobierno de transición no gobierna desde un punto de vista ideológico y es consecuente en abrir sus relaciones políticas y económicas hacia todos los países en virtud a las necesidades de Bolivia”, explicó el analista Jorge Dulon.
3 La salida de los organismos internaciones marcó también la ruptura de las relaciones con Venezuela. Esta decisión fue tomada luego de identificar a ciudadanos venezolanos -vinculados con la embajada de ese país en La Paz- que presuntamente estaban “atentando contra la seguridad interna” en Bolivia durante los conflictos.
“Por supuesto que se va a romper relaciones con el gobierno de Maduro”, afirmó Longaric el 15 de noviembre. A ello se sumó que Bolivia sólo reconocería a los diplomáticos enviados por Juan Guaidó, líder de la oposición venezolana.
“Es una contingencia. En Venezuela hay dos gobernantes y es una situación muy complicada, no sólo para Bolivia, sino para el resto del continente. Esperemos que eso se resuelva pronto porque no puede quedarse así. Lo fundamental es que Bolivia busca buenos entendimientos”, dijo Prudencio.
4 Sin duda la crisis diplomática más delicada de estos dos meses del nuevo Gobierno es la que se tiene con México y España. El 30 de diciembre Añez declaró personas no gratas a los diplomáticos españoles Cristina Borreguero y Álvaro Fernández; a la embajadora mexicana en La Paz, María Teresa Mercado; y a un grupo de policías españoles, a los que dieron 72 horas para salir del país.

Estos efectivos protagonizaron un incidente en la residencia mexicana, adonde pretendían entrar encapuchados y armados. Se presume que era un operativo para sacar a las exautoridades asiladas en dichos predios.
“Se ha generado un fuerte impase y hay una crisis en este momento. Nuestras relaciones diplomáticas se han degradado al mínimo nivel a partir de la expulsión de los representantes diplomáticos. En el caso de España, particularmente, a pesar de que se expulsó a la encargada de negocios, todavía queda el embajador que estaba de vacaciones durante el incidente y no fue partícipe”, indicó Guzmán.
La semana pasada el Gobierno boliviano anunció el envío de un “alto representante” a Madrid para superar la crisis que se desató por la expulsión de dos diplomáticos españoles por un incidente en la residencia de México.
“La expulsión es una medida radical que muestra la molestia del Gobierno de Bolivia y la respuesta en reciprocidad estuvo al mismo nivel. Estos elementos muestran que hay tensión por un impase. Esperemos que no altere las relaciones comerciales y sobre todo la cooperación que tenemos con España”, aseguró Guzmán.
Para Prudencio, hay muy buenas señales de que se podrá superar el impase con el país europeo. “Bolivia nombró un embajador especial para España -un diplomático de alto nivel- para superar los problemas y retomar la buena relación”, dijo.

Una ideologización de la diplomacia de 14 años
“Al hablar de ideologizar las relaciones diplomáticas, nos referimos a anteponer el tema de la confraternidad, amistad o alianza que tenía el MAS con algunos países -como Cuba o Venezuela- por sobre los intereses nacionales. Las relaciones internacionales deben manejarse en función de los intereses del país, pero si, por ejemplo, la ideología del anti-imperialismo está por encima de ellos, hay una ideologización”, señaló el analista en relaciones internacionales Andrés Guzmán Escobari.
Puso como ejemplo la ocasión en que Bolivia ocupó un asiento no permanente en el foro del Consejo de Seguridad. Recordó que todas las acciones estuvieron dirigidas a cuestionar y atacar al Gobierno de Estados Unidos, cuando no necesariamente era un interés de Bolivia.
“Ahora ya no se hace eso y se privilegia nuestros intereses y por eso no creo que se corra el riesgo de entrar en una nueva ideologización”, manifestó.
Para Ramiro Prudencio, excónsul, lo más importante es que el Gobierno de transición tiene el deseo de abrirse a los demás. “El de Morales era más bien constreñido, trataba de cerrar las relaciones con los demás países, principalmente con Estados Unidos, Israel y otros. Eso no es bueno para un país. Tenemos que abrirnos a todos, porque tenemos que comerciar con todos”, afirmó.
En entrevista con Página Siete, la canciller de Bolivia, Karen Longaric, señaló: “La relación con Venezuela, Nicaragua y Cuba estuvo orientada a consolidar una corriente ideológica que tenía un proyecto geopolítico. Bolivia no se benefició absolutamente en nada. Siempre aportó más de lo que recibió y somos un país en vías de desarrollo que no se puede permitir el lujo de hacer aportes o invirtiendo fuera del país y sosteniendo otras economías”.
Puso como ejemplo la inversión que se hizo para la construcción de Unsaur. “Bolivia apostó a la construcción de ese monumental edificio para acoger al Parlamento unasuriano. Fue una inversión absurda”, dijo.
Observó que Bolivia abandonó otras relaciones que eran verdaderamente importantes, como con EEUU o con la Unión Europea. “Bolivia no quiso participar de los acuerdos de asociación con la UE a diferencia de Perú, Ecuador y Colombia, que sí lo hicieron y que se beneficiaron -por ejemplo- con la eliminación de las visas para viajar a Europa. Bolivia en ese entonces se apartó satanizando los acuerdos y los tratados de libre comercio”.

Foto: RRSS
Seis tensiones diplomáticas durante la gestión de Evo
Durante los casi 14 años de gobierno de Evo Morales, se dieron al menos seis momentos tensos en las relaciones internacionales.
Sin duda una de las relaciones más tensas en la pasada gestión fue con Estados Unidos. En 2008, Morales expulsó al entonces embajador de EEUU, Philip Goldberg. La decisión surgió durante las movilizaciones de la denominada “media luna”. Desde entonces se distanciaron las relaciones entre ambos países y fueron los encargados de negocios los jefes de legación.
En 2011, surgió un impase con el Gobierno de Paraguay por el asilo del gobernador de Tarija, Mario Cossío.
En 2013, hubo tres impases con al menos seis países. En enero de ese año tres soldados bolivianos cruzaron la frontera con Chile y fueron detenidos por los carabineros. Bolivia calificó la acción de “desproporcionada”, de un “gesto inamistoso”. Hubo tensión por semanas.
En agosto, Francia, Italia y España negaron el tránsito aéreo a Morales ante la sospecha de que a bordo de su nave estaba el extécnico de la CIA Edward Snowden. El entonces canciller, David Choquehuanca dijo: “Es difícil que demos por cerrada esta agresión”.
Ese mismo mes, la entonces presidenta brasileña Dilma Rousseff aceptó la renuncia de su canciller Antonio Patriota, por la fuga del senador boliviano Roger Pinto, quien se encontraba en la Embajada de Brasil en Bolivia. El asilo provocó un conflicto diplomático de larga data.
Hubo otro incidente con Ecuador en 2018 por el respaldo boliviano al expresidente ecuatoriano Rafael Correa, convocado por la justicia de su país.