Por más de cuatro horas, la marcha pacífica de vecinos de la zona Sur que ingresó en la mañana al centro de la ciudad y continuó su recorrido al encuentro con grupos de productores de coca y de otros sectores, permaneció de frente a las fuerzas de seguridad pidiendo de rodillas, con las manos en alto y hasta con lágrimas en los ojos que les dejen pasar. Otro grupo que iba a su encuentro, desde el otro extremo, demandaba lo mismo, pero vanos fueron los esfuerzos.

Los movilizados intentaron comunicarse con el Defensor del Pueblo, de quien demandaban su presencia en el lugar para gestionar el paso pacífico e incluso con escolta hasta la plaza.