Se llevan adelante diferentes investigaciones sobre los hechos ocurridos recientemente en Bolivia. Entre acusaciones y denuncias, emergen los análisis sobre la participación de la ciudadanía en las calles y la actitud destacada de jóvenes y mujeres.

“La tónica ha sido otra y lentamente la primera posibilidad de un conflicto violento descontrolado se fue disolviendo.  Había quienes pensaban que iba a haber una reacción violenta, con un discurso incluso apocalíptico. Queda claro que la reacción fue de la población, fue ante exabruptos como lo sucedido con la whipala y no de defensa a Evo”, señaló Portugal en un conversatorio realizado por ANF la anterior semana.

Fue el pasado 12 de noviembre que la ciudad de La Paz se convirtió en el escenario de una marcha inédita, de cientos de personas que defendían a la whipala y realizaban un acto de protesta ante la quema de la misma y la forma en que algunos oficiales de la Policía la retiraron de sus uniformes. “La wiphala se respeta, carajo”, era una de las frases.

Tras esto, las protestas no demoraron y estas movilizaciones de pobladores de El Alto y regiones aledañas las llevaron adelante con esta bandera y con arengas de defensa y contra la discriminación a un símbolo patrio reconocido en la Constitución Política del Estado.

Autoridades como la actual Presidente Jeanine Añez, la ministra de Culturas Martha Yujra y los líderes cívicos como Luis Fernando Camacho emitieron discursos de reivindicación de la whipala.