Medio: Oxígeno Digital
Fecha de la publicación: lunes 16 de abril de 2018
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Problemas de gobernabilidad
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La Sociedad Interamericana de Prensa advierte que en Bolivia se “asfixia” a la prensa
Según el documento de la SIP, existe una campaña del gobierno que “buscan desvirtuar el trabajo de investigación periodística” y calificar de “cártel de mentira” a medios de comunicación
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en la clausura de su reunión de medio año, advirtió que el presidente de Bolivia, Evo Morales, en su intención de ir a una nueva reelección, “asfixia y acosa” a los medios de comunicación de su país.
De acuerdo al informe, los hombres de prensa son calificados de “opositores” y que ese mensaje hostil incita a sectores afines al gobierno a golpear, despojar de equipos y agredir verbalmente a reporteros que cubren conflictos sociales en el país.
Asimismo, señalan que, desde 2016, existe una campaña del gobierno, congresistas oficialistas, funcionarios y organizaciones sociales que “buscan desvirtuar el trabajo de investigación periodística” y calificar de “cártel de mentira” a diarios y otros medios de comunicación. “Evo Morales ha declarado a la prensa como su enemigo número uno”, denuncia el documento.
Según datos de la Unidad de Monitoreo de la Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia (ANP) citados en el informe, entre 2010 y 2017 fueron registrados 291 agresiones físicas, verbales y amenazas contra periodistas y medios.
Otra forma de persecución a la prensa está en la asignación de publicidad estatal, que excluye a empresas que cuestionan las actuaciones del Gobierno, “al extremo de que hubo medios que despidieron a varios periodistas de investigación y análisis por el temor de perder los anuncios oficiales”.
Como ejemplo de esa persecución, la SIP cita una frase de Morales en 2017, cuando afirmó: “Medios que no reciben publicidad del Estado son los que mienten, insultan, difaman y desprestigian autoridades".
El informe recopila además una serie de amenazas, acusaciones, agresiones e incluso intentos de homicidio sufridos por periodistas o medios que no comulgan con los intereses del Gobierno.