Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: martes 12 de noviembre de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Renuncias
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Fernández, que reemplazará en el cargo a Mauricio Macri el 10 de diciembre, trajinó su celular durante todo el día del lunes para conseguir que Evo Morales saliera de Bolivia rumbo a México, el primer país que le ofreció asilo político, según reporte del diario Página 12 de Argentina.
Fernández había conseguido incluso que también Paraguay aceptara recibirlo, pero el exvicepresidente Álvaro García Linera le respondió que consideraban mejor la distancia que le ofrecía México, dado el nivel de violencia imperante en Bolivia.
Morales partió a México esta madrugada de Paraguay donde llegó después de partir de Chimoré en el avión de la Fuerzas Aéreas Mexicanas, enviado de manera exclusiva por el presidente Manuel López Obrador.
El presidente electo argentino, según Página 12, también hizo llamadas a algunos líderes de la región en busca de alertar sobre el supuesto golpe de Estado ocurrido en el país para obtener respaldo internacional para Morales.
Mientras tanto, continúa el reporte, el gobierno argentino de Macri hasta el 10 de diciembre se mantenía pasivo ante la situación. Desde Bolivia, dice, llegó la alerta de que los consulados argentinos estaban cerrados ante los pedidos de auxilio de funcionarios bolivianos que solicitaban asilo.
De sus gestiones realizadas con países vecinos de la región, Fernández le transmitió de inmediato el reclamo a Macri, porque algo de eso habían hablado el día anterior. Macri, aparentemente no al tanto de la situación, luego le reenvió un mensaje del canciller argentino Jorge Faurie asegurándole que el tema había sido solucionado.
Página 12 revela que Alberto Fernández incluso habló la tarde del lunes con Evo Morales para transmitirle su solidaridad y ponerlo al tanto de las tratativas para sacarlo sano y salvo.
Fernández, dice Página 12, se comunicó con López Obrador por el envío del avión militar para buscar a Morales. “Gracias a Dios tenemos la solidaridad de los presidentes. Tenemos que tener una enorme gratitud con AMLO”, diría después. El trabajo lo completaron el encargado de Latinoamérica de la cancillería mexicana, Maximiliano Reyes -también en Buenos Aires por el encuentro de Puebla- y el canciller Marcelo Ebrard.
Fernández también se contactó con el presidente de Perú, Martín Vizcarra, quien debía permitir el paso y el abastecimiento del avión en su país. Tanto a López Obrador como a Vizcarra los conoce porque los fue a visitar recientemente. El otro presidente que lo recibió en las últimas semanas fue justamente Evo Morales, en una cena en Santa Cruz de la Sierra de la que Fernández salió encantado.
Cuando el operativo parecía trabarse, Fernández también se comunicó con el presidente de Paraguay Mario Abdo, quien lo sorprendió con su total predisposición. “Si usted me lo pide, presidente, con todo gusto”, le respondió sobre la posibilidad de dar refugio a Evo y su gente.
Los contactos de Fernández también incluyeron a la titular de la Secretaría Iberoamericana, la costarricense Rebecca Grynspan, quien a su vez se comunicó con el catalán Josep Borrell, flamante jefe de la diplomacia europea. Los puso al corrientes de la situación crítica en Bolivia.
Cuando conversaron el domingo, entre Fernández y Macri, habían quedado que Argentina recibiría a los funcionarios bolivianos que solicitaran asilo. Macri le transmitió la consulta a su canciller y luego le reenvió la respuesta directamente a Fernández. Al parecer, había sido el embajador quien había dado la instrucción de bajar la persiana de los consulados. Recibió la directiva en contrario. Había dos exministros de Evo en la embajada argentina: el de Gobierno, Carlos Romero, y la de Planificación, Mariana Prado.