Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: lunes 02 de diciembre de 2019
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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¿Cuáles son los desafíos que observa en esta coyuntura?
El desafío institucional y del país es realizar una elección limpia, confiable y transparente en 2020. El organismo electoral efectuará su parte, el trabajo técnico, pero requiere un acompañamiento del conjunto del país para el éxito del proceso. Es decir, el compromiso de las instituciones, de las fuerzas vivas del país, de las organizaciones políticas y fundamentalmente de la ciudadanía.
La elección de 2020 es crucial para el futuro de la democracia boliviana. Por ello es imperativo que se ejecute con imparcialidad política y solidez técnica, de tal manera que la ciudadanía confíe en los resultados porque sabe que ellos reflejaron la expresión popular manifestada en las urnas.
¿Cómo conseguir o recuperar esa confianza?
Se requiere, por un lado, trabajar en la imparcialidad política; es decir, que el organismo electoral se mantenga equidistante frente a todas las fuerzas políticas; debe ser el centro de un círculo, independientemente de cuál sea el tamaño del círculo, sea pequeño o grande, el centro es siempre equidistante frente a todos los puntos del círculo y esa es la equidistancia que debe guardar el organismo electoral frente a todas las fuerzas políticas y al mismo tiempo debe afirmar su independencia frente a los poderes del Estado.
¿Alcanzará el tiempo para recomponer el Órgano Electoral, que está prácticamente desmantelado?
Por un lado, uno de los desafíos de los tribunales, a nivel nacional y departamental, es contar con un personal profesional competente, con capacidades técnicas, identificado con la misión del organismo electoral. Ese equipo es fundamental para que cuando los ciudadanos acudan a votar en la elección de 2020 sepan que están dadas las condiciones técnicas para asegurar el respeto de su voto.
Por otro lado, hay un desafío no menor: la infraestructura de varios tribunales departamentales quedó muy afectada, en algunos casos con una pérdida total. Se requieren encontrar respuestas rápidas para brindar las condiciones mínimas para que las autoridades y funcionarios lleven adelante su labor.
¿Está realizando alguna labor en el Tribunal Supremo Electoral en este tiempo?
Se ha empezado el trabajo de preparación del material técnico en todos los ámbitos, para que cuando esté posesionado el conjunto de los vocales y conformada la sala plena, la toma de decisiones colectiva sea más expedita, sobre bases serias y fundamentadas. El plazo de 120 días para organizar la elección es muy corto. Hay que recordar que el Tribunal Supremo Electoral es una instancia colegiada de toma de decisiones.
¿Se puede comparar a los vocales con un árbitro o un juez deportivo?
Es una analogía adecuada. Lo importante es que el organismo electoral mantenga la imparcialidad frente a los actores políticos, les asegure una competencia justa, sin privilegiar o penalizar a ningún jugador.
¿Qué cualidades debe tener un vocal del Órgano Electoral?
El perfil de los vocales electorales, tanto nacionales como departamentales, es similar. Deben tener idoneidad personal, una trayectoria profesional sólida y sobre todo imparcialidad política. Los tres componentes son necesarios para tener un aporte efectivo al organismo electoral y, por lo tanto, para la democracia.
¿Qué experiencia recoge de los últimos acontecimientos?
La experiencia demuestra que es crucial contar con un organismo electoral imparcial e independiente. Es una lección muy importante. Cuando los procesos electorales se desarrollan con confianza ciudadana y de los actores políticos, hay la posibilidad de afianzar los pilares de la democracia. Cuando este elemento de base falla o fracasa, los cimientos del edificio democrático sufren y enfrentan problemas. Es una de las lecciones importantes de este episodio traumático que ha sido la primera anulación de una elección desde los comicios de 1978.
En aquella ocasión se descarriló la transición a la democracia y el país pagó un alto precio de vidas humanas y de inestabilidad política.
¿Cómo recuperar la confianza de la ciudadanía?
La confianza se gana con un comportamiento y decisiones que demuestren cotidianamente la imparcialidad política, la transparencia, la pedagogía a través de la explicación de las medidas que se adoptan, la apertura al escrutinio de la ciudadanía, las fuerzas políticas y también la comunidad internacional.
¿Considera que es necesaria una formación académica específica para ser vocal?
El organismo electoral tiene la ventaja de que requiere talentos muy diversos, pues trabaja sobre componentes variados. La historia del organismo electoral demostró que la variedad de profesiones enriqueció el organismo electoral en vez de empobrecerlo.
En lo personal, ¿cuál es el reto que se propone?
Asumí el cargo de vocal del Tribunal Supremo Electoral convencido de que esta es una tarea colectiva y colegiada. Nos corresponde a todos los miembros del organismo electoral, no solamente a la sala plena del Tribunal Supremo Electoral, llevar adelante de la mejor manera posible este proceso como una garantía de construcción democrática. El proceso electoral 2020 debe brindar certezas para contribuir a la construcción de una mejor democracia en el país.
¿Cuál es su mensaje para los bolivianos?
Durante décadas, la ciudadanía confió en el organismo electoral. Ese valioso capital se dilapidó. Hoy, las acciones y el comportamiento del organismo electoral le darán nuevamente a la ciudadanía motivos para recuperar su confianza: todos pueden estar convencidos de que los procesos de 2020 serán transparentes y reflejarán la voluntad de los votantes. Las autoridades que surjan de esas elecciones tendrán la legitimidad plena de haber nacido de una elección limpia.