Medio: El Día
Fecha de la publicación: lunes 25 de noviembre de 2019
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Marchas, bloqueos, paros y otros
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido

Paciencia es la palabra que más se ha escuchado en los aciagos días posteriores a la renuncia del dirigente cocalero. Mientras el pánico se apoderaba de la gente que veía cómo el terrorismo se instalaba en las calles, el diálogo se convirtió en el arma más poderosa de la pacificación, que de a poco se va logrando en el país.
La estrategia de los sectores más radicales del MAS, azuzador por Morales, consistió precisamente en sembrar el miedo y la confusión con el objetivo de conducir al error al Gobierno y las diferentes instancias que tenían la misión de buscar acuerdos.
Junto con el diálogo y la paciencia, reapareció en el país el aporte del conocimiento y la pericia de hombres y mujeres que fueron capaces de alumbrar a la ciudadanía sobre los mejores caminos a seguir en el campo de lo jurídico. Hacía mucho tiempo que no veíamos a gente que combinó la decencia, el argumento y la experiencia para enfrentar el enorme desafío de llevar adelante una transición que en tan corto tiempo debe reconducir la democracia por el camino de la transparencia y la confiabilidad.
Hubo momentos en que surgió la idea de enfrentar con mayor determinación la intransigencia de los que usaban la violencia como método para forzar una salida por el desastre. Se notó el cansancio y el hastío de ciertos actores políticos frente a las posturas irracionales del MAS, que hasta último momento intentó poner palos en la rueda, con propuestas descabelladas como una ley de impunidad para los gobernantes que en 14 años confundieron política con mentir, violar las leyes, reprimir, perseguir y matar.
“Si es necesario nos vamos a reunir cinco, diez y 20 veces”, dijo el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano Atalá, cuando todo parecía cuesta arriba, y según precisó, había algunos negociadores que estaban a punto de tirar la toalla por la tozudez de los interlocutores.
Es fundamental en este proceso el papel que han jugado la Policía y las Fuerzas Armadas, que también han sido pacientes y cautelosos. Las víctimas producidas desde que se desató el conflicto el 20 de octubre, son exclusivamente responsabilidad de los seguidores de Morales, que han estado aplicando tácticas macabras con el fin de incendiar el país. El ciudadano de Orinoca no halló cómo demostrar que en Bolivia las fuerzas del orden están cometiendo abusos y violaciones a los derechos humanos y tuvo que apelar a falso video que ha sido motivo de burlas en todo el mundo.
Nadie puede cantar victoria todavía. Hay mucho trabajo por hacer, pero si avanzamos con los mismos valores, si rescatamos los principios elementales de la democracia, que son la tolerancia, la capacidad de escuchar y de invertir tiempo en buscar acuerdos, no sólo enfrentaremos con éxito los retos inmediatos, sino que ayudaremos a construir otro modelo de democracia y lograremos las transformaciones con las que siempre han soñado los bolivianos.
Nadie puede cantar victoria todavía. Hay mucho trabajo por hacer, pero si avanzamos con los mismos valores, si rescatamos los principios elementales de la democracia, que son la tolerancia, la capacidad de escuchar y de invertir tiempo en buscar acuerdos, no sólo enfrentaremos con éxito los retos inmediatos, sino que ayudaremos a construir otro modelo de democracia y lograremos las transformaciones con las que siempre han soñado los bolivianos.