La Policía dispersó ayer con gases lacrimógenos una multitudinaria marcha que llegó a La Paz, después de cinco horas, con los féretros de varios de los fallecidos en un operativo de las fuerzas de seguridad para permitir el paso de un convoy de 45 camiones de combustible de la planta de Senkata, en El Alto.
La Defensoría del Pueblo confirmó que los ocho civiles muertos recibieron impactos de proyectiles de armas de fuego, cuya autoría se encuentra en investigación.
Los movilizados aseguraron que su marcha era pacífica y culparon a “infiltrados” de generar la violencia. En su intento de ingresar a la plaza Murillo, amedrentaron a los transeúntes y agredieron a periodistas para luego romper el cordón de seguridad, reportó Urgentebo. Al menos 20 personas fueron detenidas en la intervención. Varios de los participantes declararon a EFE que se sentían "tratados como perros" y que su intención solo era la de pedir justicia por las muertes del lunes.
“Hemos sido matados”, gritó una mujer, “y ahora somos gasificados”.
La manifestación partió de la zona Senkata, de El Alto y llegó a La Paz a las 14:30, donde les esperaba un cerco de efectivos de la Policía y militares. En su recorrido, los protestantes apaleaban y pateaban a un muñeco que representaba a la presidenta Jeanine Áñez, de quien piden su renuncia. En los videos que circulan en las redes, se ve que al menos dos personas llevaron la figura de trapo arriba de un vehículo militar que estaba en el cerco. Minutos después comenzó la represión para despejar la vía. Los ataúdes fueron bajados al suelo en plena calle, ante el lamento de los allegados a los fallecidos, reportó la agencia ERBOL.
Las personas afectadas reclamaron por la excesiva represión de la Policía.
Según testigos, los manifestantes a su paso amenazaron con robar a los comerciantes que tuvieron que cerrar sus puestos de venta. El comunicador Romecin Campos denunció que un sujeto en una moto amedrentaba a la gente por el lugar y una mujer golpeó a un periodista de la Agencia de Noticias Fides (ANF).
Con los ocho fallecidos en El Alto, la cifra de muertos desde que estalló la crisis en Bolivia tras las fallidas elecciones del pasado 20 de octubre subió a 32.
Los pobladores de Senkata decidieron mantener sus medidas de presión hasta lograr la renuncia de la presidenta por sucesión constitucional Jeanine Áñez. Asimismo, exigen la liberación de los detenidos.
EL GOBIERNO Y EL MAS El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, dijo ayer que se prevé que en tres días más el país se habrá restablecido gracias al trabajo de las Fuerzas Armadas y la Policía.
Murillo aseguró que los bolivianos quieren "reconciliación" y que Bolivia avance. Consideró que la población comenzó a entender que está siendo "utilizada y manipulada por el terrorismo, por el narcotráfico", por gente que solamente quiere velar por sus intereses.
Entre tanto, la diputada del Movimiento Al Socialismo (MAS), Sonia Brito, informó que se formará una comisión de derechos humanos que contará con la participación de organismos nacionales e internacionales y que se dedicará a hacer seguimiento a los sucesos del conflicto en Bolivia. Se refirió a los muertos, heridos, detenidos, persecuciones indebidas, amordazamiento a la prensa, violación de derechos humanos. Hoy llegará la CIDH.