Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: domingo 08 de abril de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Es, por tanto, una herramienta de la democracia semidirecta que asigna al electorado ciertas prerrogativas para alcanzar la revocatoria. Es un proceso que para el electo, descansa en dos escenarios: el primero, que asume conocimiento de que puede ser revocado porque la CPE así lo autoriza; el segundo, que ante la existencia de esa posibilidad, sabe que debe cumplir sus tareas con prolijidad, eficiencia, responsabilidad, decoro y ética. Al ser así, la persona a quien se pretende revocar mandato debe tener presente también, que el hacerlo es un ejercicio democrático que de ninguna manera puede ser menospreciado, lo que obliga a que asuma el reto de conducirse con altura y educación, en procura de demostrar que las causas por las que se plantea la revocatoria, no avalan sea separado del cargo.
Y aquí nos encontramos con el diputado Víctor Gutiérrez, a quien poca gracia le hizo saber que el TSE aprobó la recolección de firmas, por lo que, con probabilidad, esté preocupado por varias razones. Enumero algunas: la gente que votó en su circunscripción, rechazó que haya pasado a engrosar las filas del MAS en la AL; los electores repudian estas actitudes porque están hastiados del canibalismo político y de los tránsfugas; las expresiones que vertió cuando justificó el “pasa pasa”, denigraron la sensibilidad de las personas que marcaron en su casilla el día de la elección, debido a que no solo votaron por el candidato, también votaron pensando en el partido político a quien representaba ese candidato.
El haber sido artífice del recurso que posibilitó ilegalmente la elección indefinida, significó una afrenta al sistema democrático y a la institucionalidad y magnificencia del voto expresado el 21F; las posturas desafiantes y altisonantes justificando pertenencia ideológica, asesorías a grupos colectivos y afinidades políticas, contradicen el que haya participado en la elección a nombre de un partido político diferente a sus inclinaciones ideológicas; utilizó a UN para llegar a la AL y los electores rechazaron ese tipo de maniobras; cuando dijo que “es absurdo, pretenden conculcar el derecho a pensar, a hacer política en serio” con referencia a la habilitación para la recolección de firmas, adoptó una postura desafiante ante quienes votaron por él y eso, en política, seas del color ideológico que seas, es lapidario.
Por tanto, cualquier proceso revocatorio, más allá que contenga motivaciones partidarias (las políticas siempre están presentes por la naturaleza del ser humano) debe ser respetado. Aun quien busca revocar a una autoridad electa bajo inclinaciones nada justas, tiene el derecho a activar ese mecanismo como parte del ejercicio de ciudadanía que le es propio. Esto es como en el comercio, el cliente siempre tiene la razón; en política, el soberano siempre tiene la última palabra. Y Víctor lo sabe.