Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: lunes 02 de abril de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Con respecto a la ejecución del presupuesto, de un tiempo a esta parte, las autoridades sentenciadas con referéndum revocatorio han comenzado a ejecutar el presupuesto de una manera desesperada. Sin embargo, pese a que parecía una gran estrategia, últimamente ésta les viene jugando en contra, ya que la ejecución de obras ha develado la mala planificación y coordinación de los funcionarios y ejecutores al momento de implementarlas. Eso causa un gran malestar en los ciudadanos por el mal diseño, el sobreprecio o la destrucción de plantas y árboles, convirtiéndose en pruebas de los verdaderos alcances de la gestión pública y un argumento para revocarlos.
Con respecto a la polarización del campo político. la segunda estrategia ha cambiado la naturaleza del referéndum revocatorio, que pierde su contenido como un mecanismo de control electoral a la gestión pública, para constituirse en un artimaña política para disputar el poder entre opositores y oficialistas. Si bien la politización ha blindado a algunas autoridades, para que los votantes no vean su gestión, sino su afiliación política partidaria. En los hechos, tiene serias consecuencias para la democracia, ya que la politización del referéndum, y la aceptación de esta por los ciudadanos, ha desvirtuando completamente un mecanismo que bien trabajado, podría significar un insumo para obligar a las autoridades que cumplan sus promesas y no solo una herramienta y oportunidad para la politiquería.
Para concluir, insisto que el referéndum revocatorio está originando más sombras que luces, ya que por un lado, está desencadenando el gasto de recursos públicos de manera desesperada, mal planificada e ineficiente, y por otro, está permitiendo que políticos de la peor calaña desestabilicen las ya débiles instituciones, en función de intereses políticos partidarios. Para solucionar esto las y los ciudadanos debemos ser conscientes de que el voto es contra la gestión, y sus reales alcances, trascendiendo el debate politiquero en los que nos han metido con el afán de salvar sus pegas o ganarse nuevas.