Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 30 de septiembre de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Incendios y pegas
Tanta confianza tendrá el presidente Evo Morales en el resultado de las elecciones que ha decidido mentir en la ONU, afirmando que los incendios forestales estaban controlados, a pesar de que sus seguidores continúan prendiendo fuego al bosque seco de la Chiquitania.
No le importa que esta información sea confrontada con la que conocen todos los bolivianos sobre la magnitud y el origen de los incendios, además del destino que tienen las tierras cuando haya terminado el infierno.
Si la arquitectura del fraude ha sido completada, si la cantidad de electores sobrepasa la tasa de crecimiento de la población, si los votantes de Teherán son tantos que desafían a los cálculos de los calculistas persas, si los de Pando han llegado a ser tantos que quizá sea necesario averiguar si hablan español o portugués, si los pueblos andinos injertados de prisa en regiones cruceñas suman tantos votos que superan las cifras de quienes los trasladaron, etcétera, muestra que el presidente tiene tanta certeza de los resultados que no le importa mentir en público. Es cierto: cuando tuvo que hablar en la ONU había tan poca gente escuchando que podía haber dicho cualquier cosa, que es lo que hizo.
Decía Marcelo Quiroga Santa Cruz que en Bolivia lo importante no son las elecciones sino los escrutinios. Y en eso, en los escrutinios, el gobierno del MAS está totalmente seguro.
Ha mentido en el caso de los incendios diciendo que su gobierno actuó de manera rápida, aunque, sin darse cuenta de la contradicción, dijo luego que su gobierno fue “sorprendido” por el fuego, preparándose para desmentir que fueron sus seguidores los que iniciaron el infierno.
Ha descuidado tanto las cosas que, con el mismo desparpajo que usó para decir que los incendios estaban controlados, decidió aceptar que YPFB contrate a 300 nuevos empleados, la semana pasada, no se sabe con qué propósitos, mientras seguían llegando “técnicos rusos” para trabajar en la empresa.
Todo esto sin tomar en cuenta que no solo el FMI, sino también la muy colaboracionista CEPAL le han aconsejado reducir el gasto público, disminuir la burocracia, reducir los créditos externos, dar un respiro a los bancos, porque lo que se viene es muy serio.
Te piden que disminuyas la burocracia, pero tú la aumentas. ¿No será que él, de veras, no quiere quedarse en el cargo y está preparando una bomba de tiempo económica descomunal para que estalle en la cara del nuevo presidente?