Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 12 de noviembre de 2017
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Las autoridades de Gobierno han dejado de lado las formas: ahora directamente señalan que su principal objetivo es habilitar al presidente Evo Morales para que se postule el año 2019, pese a que la Constitución lo prohíbe y que un referéndum nacional votó que "No” a esa posibilidad. Incluso se habla de presidencia vitalicia.
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Nuevos caminos para violar la CPE
domingo, 12 de noviembre de 2017
Las autoridades de Gobierno han dejado de lado las formas: ahora
directamente señalan que su principal objetivo es habilitar al
presidente Evo Morales para que se postule el año 2019, pese a que la
Constitución lo prohíbe y que un referéndum nacional votó que "No” a esa
posibilidad. Incluso se habla de presidencia vitalicia.
Legisladores oficialistas presentaron ante el Tribunal
Constitucional una demanda para poner fin al artículo de la Carta Magna
que limita la reelección presidencial. Esa era una de las "cuatro vías”
determinadas por el MAS para violentar la Constitución y permitir la
reelección indefinida.
Esas cuatro vías eran las siguientes: la renuncia anticipada del
Presidente, una interpretación constitucional, impulsar una iniciativa
ciudadana y aprobar una nueva ley por dos tercios de votos del
Legislativo. Las dos últimas requieren una ratificación mediante
referéndum, por eso el oficialismo no optará por ellas ante la
posibilidad de perder nuevamente, esta vez con más margen.
Al haber acudido al Tribunal Constitucional, el Gobierno optó por
el camino de la "interpretación constitucional”. Ahora ha sacado de la
manga otras dos opciones: que sea el Legislativo, per se, el ente que
autorice la reelección, y la convocatoria a una Constituyente, con el
mismo fin.
El Vicepresidente es la nueva voz cantante de esa estrategia, que
puede resumirse en la frase "el MAS se quedará a toda costa en el
poder”. No importa el voto del 21F, no importaría un eventual fallo
negativo del Tribunal Constitucional (que, de todos modos, es
improbable).
Los dos nuevos caminos elegidos por García Linera (que el
Legislativo o una Constituyente aprueben la reelección) son ilegales. En
primer lugar, el Parlamento no puede reformar la Constitución sin pasar
por un referéndum. Eso lo sabe el Vicepresidente. Y convocar a una
Constituyente solo para autorizar la reelección tampoco sería dable sin
que sea aprobada, también por un referéndum. Y como se ha señalado, es
altamente probable que el oficialismo pierda en esa votación popular. Ya
perdió el 21F y podría volver a hacerlo.
Hay más: en esta carrera a cualquier precio y de cualquier forma
para asegurar la permanencia en el poder de Evo Morales, el propio
mandatario ha entrado al ruedo con declaraciones insólitas como aquella
de que "no sé si en el futuro vamos a acabar con la democracia
occidental de mayorías y minorías”, sugiriendo que (él) podría optar por
un modelo de democracia comunitaria. "Yo vengo del movimiento indígena
originario y allí he visto cómo se aprobaba en reuniones,
concentraciones del ayllu, de la comunidad, que no haya votación”.
Finalmente, sostuvo el Presidente que en la democracia occidental de
mayorías y minorías "siempre se quedan resentidos, aunque la mayoría
tenga razón”. El Presidente olvida que la democracia comunitaria se basa
en la rotación de cargos, algo cercano al occidental principio de
alternacia.
La naturalidad con que el Presidente hace estas declaraciones es
todavía más preocupante, pues aunque reniega de cualquier insinuación de
que su gobierno está en camino de convertirse en un régimen
dictatorial, la obcecación por imponer su voluntad está llevando a su
partido y a él mismo a extremos como el que señalamos.
De seguir este guión anunciado, el MAS deberá dentro de poco
sincerarse sobre cuál es realmente el concepto de democracia que
considera válido y adecuado a estos claros objetivos de perpetuación en
el poder. Si seguimos guiándonos bajo los principios de una democracia
occidental es porque nuestra estructura de principios y normas
constitucionales así lo establece, no es una cuestión de puntos de vista
o simpatías; y lo que estamos presenciando es, en este orden, una ruta
hacia un esquema no democrático.
Aunque el MAS, el Presidente y el Vicepresidente cuenten con un
importante caudal de apoyo popular, no es aceptable (ni democrático)
desdeñar la coherencia en el discurso. Esto, más la andanada de
denuncias y evidencias de corrupción pueden afectar la seguridad que
aparentemente tienen de imponer sin más su voluntad.