EL AMANECER BOLIVIANO

Con motivo del paro nacional de 21 de febrero de 2018 quedaron atrás las críticas al uso de “simples cintitas” de plástico, los alambres, las sillas desplazadas a lo largo de las calles. El paro nacional ha demostrado que se puede alcanzar un otro estilo de vida, basado en la ley. Consiguientemente, los gobernantes de 2018 ya aprendieron que el gobierno no está destinado sólo a una clase dominante y que todo el resto no sirve. Por esta comprensión elemental, con buen criterio, el presidente Evo Morales invitó a sus opositores como meros acompañantes para dar la impresión de paz interna. Así viajaron a La Haya, al Palacio de la Paz, personalidades para los alegatos que fueron presentados en Holanda, sede de la Corte Internacional de Justicia. Ojalá que el reencuentro consolide el diálogo y cierre temas pendientes en la perspectiva de un futuro de unidad.

Sin embargo, muchos ven el debate en La Haya indignados y con preocupación, tratase del conflicto que muchos políticos han generado; de esta manera, en el gobierno de Chile se ha reflexionado a propósito de la falta de una comunicación disuasiva y ofensiva, a la vez. He ahí toda la estrategia burlesca con la que nunca quisieron tratar el aspecto de fondo: el enclaustramiento de todo un pueblo. Consecuentemente, puede suceder que los políticos chilenos sigan generando problemas para conseguir nada; entre tanto, Bolivia en la senda de la corrección, puede abrir y conducirnos a cambios profundos que son necesarios en la vida política, económica y social.

HABLAR CON

LO QUE NOS UNE

En el conflicto del sector cocalero yungueño, por ejemplo, existió un consenso para la recuperación de su sede, ubicada en Villa Fátima de la ciudad de La Paz. Unidad que se ha formado porque los cocaleros desean vivir de una cierta manera. Esto es una representación del Orden Social Deseado. Un orden que no resulta pura contemplación; al contrario, él se acompaña de una preocupación de realización que cuestiona el uso de la policía, utilizada esencialmente como instrumento de represión, que suscitó el desorden y una serie de abusos de toda naturaleza.

En otros términos, los cocaleros piden un conjunto de reglas que impongan una disciplina, que orienten los comportamientos individuales. Esas reglas son las reglas de derecho que, en una sociedad dada, constituyen una línea de fuerza de la mentalidad colectiva, donde se cristaliza y se purifica el consenso dominante

Por eso, la convivencia debe llegar -cuanto antes- a la Asamblea Nacional, para que el ejemplo se transmita al resto del conjunto social… ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para saludar a los opositores -en los pasillos- que con sus ideas contribuyen a la génesis de nuevas realidades?... No puede ser que exista tanto deterioro en las relaciones sociales. Dado que el Estado evita lo arbitrario de los políticos y de ellos depende la disciplina necesaria para la cohesión de la Comunidad Nacional.