Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: martes 24 de septiembre de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Próximos como estamos a elecciones generales, parece también necesario revisar lo que los candidatos hacen en la práctica, más allá de sus discursos y promesas, que pueden alcanzar niveles francamente delirantes.
Actuando así, uno se guía por lo que dice el evangelio de Mateo (7, 15-16): “Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los reconocerán por sus frutos (…)”. O el de Lucas (6, 43): “No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto”. Ambas citas tienen una actualidad impresionante, en un país y en un mundo en el que abundan falsos profetas, lobos vestidos de ovejas y árboles malos. Veamos algunos ejemplos:
• Hablan de democracia, pero censuran encuestas que no favorecen a su candidato.
• Dicen defender a la Madre Tierra, pero autorizan desmontes y quemas “controladas”.
• Prometen que Bolivia será como Suiza, pero incrementan la deuda externa a más de 10.000 millones de dólares.
• Se dicen “gobierno de los trabajadores”, pero permiten que empresas chinas exploten a los trabajadores bolivianos, a vista y paciencia del ministerio del ramo.
• Afirman que gobiernan obedeciendo al pueblo, pero se estornudan en el referéndum que les prohíbe candidatear.
• Proclaman derechos de las mujeres, pero los niegan en canciones de carnaval, en discursos y en la no iniciación de procesos contra “metemanos”.
• Declaran la igualdad entre la jurisdicción indígena originario campesina y la jurisdicción ordinaria, y promulgan una ley de “deslinde jurisdiccional” que la desconoce olímpicamente.
• Dicen defender los derechos humanos, pero les interesa solo uno, inventado por el TCP: el “derecho” a la reelección.
• Incluyen en la Constitución lenguas oficiales de 36 “naciones” indígena originario campesinas, pero solo hablan castellano.
• Se dicen gobierno de los indígenas, pero los mandan a reprimir o a callar, pactando con empresarios que desprecian a los “indios”.
• Dicen que hay libertad de expresión, pero censuran y asfixian a los medios independientes y compran o cooptan a los demás.
• Crean ministerios anticorrupción (luego los degradan a viceministerios), pero las autoridades son más corruptas que muchas del pasado.
• Reconocen los derechos de la niñez y adolescencia, pero no reconocen a sus hijos o los utilizan a su conveniencia.
• Incluyen en la constitución derechos de las personas privadas de libertad, pero dictan decretos de amnistía e indulto inaplicables.
• Dicen respetar a las personas con discapacidad, pero las reprimen violentamente.
• Se llenan la boca hablando del Estado de Derecho, pero el Ejecutivo maneja a su antojo al Legislativo, al Judicial y al Electoral.
Por razones de espacio, la lista no puede continuar, pero muestra muy claramente, la validez de la advertencia de Jesús: “por sus frutos los conoceréis” Y la de Mao Tse Tung: “La práctica es el único criterio de verdad”.
Carlos Derpic es abogado