Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: miércoles 04 de septiembre de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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“Pasaron 13 años del gobierno de Evo Morales, ¿qué hizo el gobierno de Evo Morales para conseguir la extradición del expresidente (Gonzalo Sánchez de Lozada)? Esto es lo increíble. Lo que uno tiene que hacer es establecer los mecanismos adecuados para que se lleve adelante un proceso que termine en la culminación del juicio de responsabilidades, pero aquí lo increíble es que este Gobierno, que se llena la boca de lo que fue la crisis de octubre, no movió un dedo”, declaró en una entrevista con el medio digital Contacto Directo Bolivia.
Fue el abogado de las víctimas de octubre de 2003 en la ciudad de El Alto, Rogelio Mayta, quien le recordó que cuando fue presidente se comprometió con el pueblo alteño a hacer justicia por la muerte de más de 60 personas y otras 400 que quedaron heridas, pero llegado el momento, el exmandatario se negó a asistir a las audiencias en un juzgado civil de Miami y prefirió enviar sus respuestas por escrito, cuando lo necesario era que acuda al juicio oral para declarar ante el jurado.
Se trata de la vigésima contradicción en la que incurre el actual candidato presidencial, ya que anteriormente tomó similar actitud en relación con la inmunidad para militares de Estados Unidos, al calificar su renuncia como un acto de valentía, al negar su postulación presidencial y luego aceptarla, al prometer justicia para las víctimas de octubre y solamente enviar una copia de su libro La presidencia sitiada al jurado norteamericano, sobre sus cuentas bancarias en el exterior.
La lista de temas en los que incurrió en contradicciones continúa con su negativa de debatir con el presidente Evo Morales y luego exigirla, la eliminación de las rentas, el pedido de intervención de Estados Unidos para respetar el 21F, la exigencia de transparencia y no explicar la venta de un inmueble a un policía vinculado con el narcotráfico, la orden de quemar los documentos de los gastos reservados, el anuncio de una coalición legislativa, aunque antes rechazó esa propuesta, la poca participación femenina en la alianza, los cobros para aceptar ser candidato en 2002.
También se contradijo al señalar que Bolivia es un país pequeño, el presupuesto para su campaña electoral, un nuevo estudio sobre Incahuasi, la memoria profesional de su exsocia Amalia Pando, el despilfarro de recursos del Estado y su apreciación sobre la personalidad de Gonzalo Sánchez de Lozada, de quien dijo es un “político contemporáneo que me generó fe” y “me fascinó”, y tiempo después señaló que “fue una equivocación” su alianza con ese político en 2002.