Medio: Nuevo Sur
Fecha de la publicación: viernes 30 de agosto de 2019
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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Andrés Nieves Jurado.
Los tarijeños luchamos por la autonomía desde que en la época colonial nos gobernábamos a través del Cabildo y recibíamos muy de vez en cuando al Gobernador de Salta o al de Potosí, quienes venían cada vez que se acordaban de estas tierras y querían imponernos alguna decisión o pretendían una ventaja o algún favor, de la misma forma la Brigada Parlamentaria de Tarija consiguió las regalías departamentales hace casi noventa años, el 31 de diciembre de 1929, época en que nuestros representantes en soledad proyectaron la ley, la defendieron con determinación e inclusive ante el egoísmo de sus colegas tuvieron que abandonar por unos días el Parlamento como forma de presión, finalmente su cariño a esta tierra logró que fueran escuchados por los otros departamentos que se vieron en la obligación moral de votar a favor de ley. Nadie le regaló nada a este Pueblo, por eso la aprobación del Estatuto Autonómico y la tan limitada autonomía que tenemos, significaron otra de las conquistas históricas para un pueblo que solo movilizado y unido logra defender sus derechos. En los últimos años hemos tenido una Asamblea Legislativa Departamental que lejos de unir a nuestras provincias, fiscalizar eficientemente la gestión y proponer soluciones a los conflictos del Departamento, se ha convertido en un pozo sin fondo donde solo se han gastado recursos y no se ha obtenido ningún beneficio palpable, al contrario ante la merma del presupuesto departamental, ese cuerpo legislativo lejos de hacer algún sacrificio se ha convertido en un parasito y en una instancia que demanda gastos totalmente innecesarios, tengamos presente que los legisladores de Tarija tienen el Presupuesto más elevado del país mientras que su trabajo legislativo no merece ninguna gratitud de parte del pueblo que está cansado de esas leyes declarativas y a veces hasta inconstitucionales. Pese a que el Ministerio de hacienda ha proyectado un techo presupuestario que reduce los ingresos departamentales en un 20%, la Asamblea Departamental solo ha disminuido para el próximo año un millón de bolivianos a su presupuesto actual, es decir, parece una burla que se reduzca una cantidad tan pequeña de recursos, cuando por lo menos el recorte debería haber sido de unos seis millones de bolivianos, para alcanzar un monto equivalente al nuevo techo presupuestario. Todo esto es tan indignante porque cada legislador nos cuesta por año 964.169 bolivianos y tiene un sueldo de 14.000 bolivianos, sin que hasta la fecha se brinde alguna clase de justificación para ese despilfarro de recursos. Con 27, 9 millones de bolivianos está Asamblea sigue siendo de lejos la que tiene mayor presupuesto en el país, este año por ejemplo Tarija con treinta asambleístas tuvo un presupuesto de 29 millones de Bolivianos, mientras que La Paz teniendo 45 asambleístas cuenta con un presupuesto de 16 millones de bolivianos o analicemos lo que pasa en Pando donde su Asamblea con 21 representantes tiene un Presupuesto de 7 millones de bolivianos. Esta situación no puede continuar, es bueno que se sepa que su Presupuesto el año 2010 era de 13 millones de bolivianos y esos recursos eran suficientes para su funcionamiento, como es posible que siga el despilfarro en esta época de crisis y que los asambleístas se burlen de la gente aprobando un Presupuesto de 28 millones de bolivianos. Esa actitud hace que recordemos como algo demasiado lejano los tiempos en los que nuestros representantes tenían compromiso cívico, el Pueblo se está cansando de que se malgasten los recursos cuando existen tantas necesidades insatisfechas, es demasiado pedir acaso, que esos políticos tengan un poco de responsabilidad y respeto y dejen de provocar a la gente con su insensibilidad.