La expectativa es una demostración de interés por parte del electorado para tener una información que le oriente en torno a lo que quisiera del próximo gobierno, sea cual fuera el que resulte favorecido por la preferencia ciudadana. Se trata de un deber institucional partidario para satisfacer la normal inquietud de la gente deseosa de analizar programas y establecer las opciones de mayor aproximación al cumplimiento de una oferta política que por su propia característica debe tener elementos muy serios que convenzan al votante. 

Por lo que se observa en el criterio mayoritario de la comunidad, el tema de salud es el que predomina, entendiendo que aparte de una cifra importante de asegurados a la Caja Nacional hay otro contingente que suma en millones y que espera resultados positivos del nuevo Sistema Único de Salud (SUS), aunque a decir verdad, hasta el momento ha sido más la plataforma político partidaria, que el evidente cambio en la calidad de servicios.

La infraestructura hospitalaria es deficitaria, los servicios siguen siendo deficientes, hay carencia de instrumental y equipos, pero además no hay la cantidad suficiente de médicos y entre estos los especialistas necesarios para garantizar buenos servicios de salud.

Otro tema para su consideración es el que se relaciona con los planes de educación, que según autoridades de Gobierno han cambiado favorablemente, pero en criterio de los protagonistas del servicio, en este caso los maestros, hay muchas limitaciones y el proceso enseñanza aprendizaje se ha complicado haciendo más dificultosa esa tarea invalorable de aprovechar al máximo la asistencia del docente para mejorar el nivel de instrucción educativa.

El caso de los servicios básicos para mejorar los niveles de vida es algo que los vecinos reclaman permanentemente y no se entiende la razón por la que siga existiendo un alarmante déficit de servicios de agua potable, luz y alcantarillado, sabiendo que fuera del presupuesto oficial para esos fines, varias organizaciones internacionales han dispuesto partidas presupuestarias que tal parece no han cumplido su objetivo al haberse diluido seguramente en otros fines.

En un ámbito de mayor responsabilidad social, la exigencia ciudadana y especialmente de la nueva generación, es la dotación de fuentes de empleo, pero seguras y sostenibles en el tiempo, pues la solución política de abrir más el cauce del contrabando, sólo alienta el crecimiento del comercio y el empleo informal, una lacra que merece eliminarse para enderezar el rumbo de las pequeñas y medianas industrias, ahora amenazadas por la fuerte competencia de la ropa usada y de la que proviene de China, con autorización.

Por lo que se aprecia entre la comunidad, hay un marcado interés de conocer nuevos programas de acción social, gobernabilidad con sentido de igualdad, proyección con programas que apunten a consolidar el crecimiento del país en base al uso correcto de nuestras materias primas, alentando su industrialización y consolidando nuestra independencia.

Por supuesto que el mayor desafío para los políticos será plantear la erradicación de toda forma de corrupción, de autoritarismo y de favoritismo en segmentos de la justicia y la administración pública, esa es la plataforma que podría captar la atención de una renovada generación de votantes, la que en realidad definirá la suerte del país en el muy cercano mes de octubre venidero.