Palabras interesantes, aunque cuando se tiene un legado histórico, no precisamente de los mejores, las palabras caen en saco roto. En efecto, al parecer los redactores del programa olvidaron que cuando estaban en función de gobierno las principales beneficiadas en materia económica eran empresas transnacionales y unas cuantas familias, en desmedro de la mayoría de la población (pobreza mayor al 60% en esos años) además que existe el antecedente de que el candidato por CC no quiso firmar la Ley de Hidrocarburos porque era inviable.

Proclaman una disminución de la incidencia del IEHD, IDH y regalías, a partir de una disminución del consumo de la energía generada a través de las termoeléctricas. Aspecto demasiado delicado que muestra un desconocimiento de las normas con las que se distribuyen los ingresos del Estado, porque implica menores recursos para sus beneficiarios actuales, en el caso del IEHD principalmente para las gobernaciones, y en el del IDH para municipios, universidades, Renta Dignidad, entre otros.

Como cualquier estudiante de economía conoce, un planteamiento de ese tipo ocasionaría un estrangulamiento a la Demanda Agregada, porque las familias, empresas e industrias al reducir su consumo de energía tendrán una baja en su producción, lo que repercutiría en una disminución del crecimiento de la economía.

Respecto a la “transparencia en las contrataciones” es anecdótico, pues en el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada y de Carlos D. Mesa, quien fuera encargado para luchar contra la corrupción, existían gastos reservados, que hasta el día de hoy se desconoce cuál fue el destino de ello, además mediante decreto se instruyó la incineración de cualquier vestigio de descargo. En total, Bs 1.464 millones fueron usados como gastos reservados hasta enero de 2006, según datos SIGMA.

Recuerdo que en mis años de universidad era muy raro encontrar una publicación con algo de información pública relevante (transparente), misma que solo era reservada a ciertos círculos. En una oportunidad, acudiendo al papá de un amigo que trabajaba en el entonces Ministerio de Hacienda, solicite unos datos de política fiscal. Solo me dieron la fotocopia de una hoja de uno de los sistemas de la Ley SAFCO, mas nada de información estadística.

En cuanto a las “planillas con límites”, también llama la atención que las proponga el expresidente Mesa, que ganaba Bs 26.900, unas 61 veces más que un trabajador, mientras el Salario Mínimo Nacional (SMN) era Bs 440 y no se incrementaba. En contraposición, en 2006 fue el Presidente Evo Morales que disminuyó su sueldo a Bs 15.000 y eliminó los gastos reservados, en tanto que el SMN se incrementó en estos años a Bs 2.122, casi cinco veces más.

El acápite sobre diversificación productiva habla de un “modelo plural y de economía naranja”, con una lógica de hacer pensar que es algo “novedoso”, señalan que esta es la mejor opción; sin embargo, no manifiestan que fue el Gobierno actual el que implementó el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), que aglutina no solo al sector público y privado, sino también a la economía cooperativa y comunitaria.

El MESCP establece que los excedentes provenientes de sectores estratégicos sean canalizados hacia la inversión pública, principalmente a la industrialización, así como a programas sociales y hacia aquellos generadores de empleo como manufactura, agropecuaria, industria, turismo, entre los principales; esto es lo que se denomina como el motor de la demanda interna.

A la vez que se evidencia que “la propuesta” ya está siendo implementada, también hay un claro desconocimiento de la estructura y composición del Producto Interno Bruto, donde los sectores extractivos (hidrocarburos y minería) disminuyeron su participación a 11%, en tanto que sectores como la manufactura (19%) y la agropecuaria (14%), sumados representan tres veces más a los extractivos.

En contraposición a los planteamientos de CC y Mesa, el programa del MAS-IPSP, se concentra en la continuidad de la estabilidad y crecimiento económico de los últimos 13 años, teniendo como meta la reducción de la extrema pobreza a 5%.

Estos son los elementos fundamentales que diferencian ambas alternativas. Una basada en un modelo, el MESCP, que está dando resultados positivos al país y otra concentrada en una visión con un análisis superficial y un tanto lírico, de economistas y políticos que conocen la economía desde la receta ortodoxa. En otras palabras, diferencia sustancial entre una propuesta de economía real y otra que nos pintan de colores, donde prima el tono oscuro del pasado.