Víctor Alonzo Gutiérrez
Hace tiempo había manifestado en esta misma columna que la oposición en Bolivia iba transitando por el camino de la conspiración, que el escenario electoral en el fondo no les interesaba dado que de antemano se saben perdedores, que de ese modo se explicaban los aprestos para declarar al 21 de agosto como fecha para una “gran movilización”.
Como siempre, el inconsciente los traiciona puesto que este 21 de agosto pretenden rendirle con sus actos homenaje a la memoria de su predecesor Hugo Banzer Suárez, dado que fue precisamente un 21 de agosto de 1971 que el entonces Tcnl. Hugo Banzer S. asaltaba el poder sembrando a su paso llanto, dolor y muerte, e inauguraba lo que después vino a convertirse en el septenio de dictadura banzerista, con las graves consecuencias que ello trajo consigo en materia económica y social para el país. Pues bien, la oposición reunida en plataformas ciudadanas, pseudo partidos políticos, algunos comités cívicos, y un puñado de “arrepentidos de izquierda”, le han anunciado al país que este 21 de agosto será una jornada de “paro nacional”.
Con lo que con dicho anuncio queda completamente al descubierto que la oposición transita libremente por el camino de la conspiración en contra de la democracia, en contra del desarrollo, del progreso y bienestar social. Así como también se visualiza de modo muy nítido que este grupo de personas ha optado por seguir la receta venezolana, es decir, luego de la celebración de las elecciones generales y ante una inminente derrota electoral hablarán del “fraude electoral”, “desconocerán los resultados”, y “solicitarán la celebración de nuevas elecciones generales”, petitorios que irán acompañados con “marchas callejeras”, no nos extrañe por tanto que pueda aparecer un imitador de Juan Guaidó que se declare “presidente interino del país”.
Está claro que siguiendo la receta venezolana hay un componente por demás esencial y que no les acompaña para nada, y es que en Bolivia la situación económica a diferencia de Venezuela es altamente favorable para la generalidad de los ciudadanos. No obstante de este dato económico que es toda una certeza para Bolivia, los enemigos de la patria han comenzado a desplegar toda una estrategia para “mediáticamente” pretender afectar la buena imagen que tiene el país en términos económicos.
De ahí que, a través de varios medios de comunicación que son parte de este engranaje conspirativo, comenzaron a aparecer publicaciones que “vaticinan” que la economía está camino del despeñadero y que poco menos vamos al fracaso, con lo quedó demostrado una vez más que a la antipatria no le interesa para nada la suerte de millones de bolivianos, y que antes y por encima del país están los intereses mezquinos y aviesos de esa vieja partidocracia que se niega por una vez más a ser derrotada en las urnas, a sabiendas de que una nueva derrota electoral terminará casi por sacarlos del escenario político a los principales enemigos de Bolivia, que no son otros que aquellos que cogobernaron ya sea de forma directa o indirecta hasta diciembre de 2005, y cuyos resabios hoy día se encuentran todavía agonizantes, unos parapetados aún en algunos municipios y gobernaciones, y los menos exponiendo su esmirriada “representación” en el Órgano Legislativo, y otros al estilo de “Lázaro” pretendiendo resucitar en las autodenominadas plataformas ciudadanas.
Ante ese comportamiento claramente conspirativo que exhiben los verdaderos enemigos, no solo de la patria, sino de la democracia boliviana, lo que cabe es desenmascararlos y mostrarlos ante el país como lo que son: la antinación de cuerpo entero.
Lo que sí nos parece algo indignante es que de manera curiosa algunos “dirigentes” de sindicatos médicos instrumentalicen a su sector y declaren “huelga general indefinida a partir del lunes 19 de agosto”, para que dicha medida de presión coincida con el “paro nacional” decretado por la antinación para el miércoles 21 de agosto. Siendo esta medida no solo indignante, sino casi criminal porque juegan con la salud con miles de pacientes a lo largo y ancho del país, pero esto poco les importa, para estos dirigentes antes que salvar vidas su objetivo mayor es derrocar a Evo Morales, conducta que es toda una obsesión y es el común denominador de la oposición, es decir; lo único que los une es el odio que sienten respecto de Evo Morales Ayma.