Medio: El País
Fecha de la publicación: jueves 15 de agosto de 2019
Categoría: Consulta previa
Subcategoría: Consultas en materia hidrocarburífera
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Los comunarios en contra de la exploración petrolera en la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía iniciaron ayer una marcha desde el corazón del cantón de Chiquiacá y que pretende llegar a Tarija el próximo 20 de agosto para realizar un cabildo y tomar decisiones en un momento de especial trascendencia.
La marcha fundamentalmente la conforman habitantes del cantón de Chiquiacá, del cantón Salinas y del cantón conocido propiamente como Tariquía. Los dos primeros están en la provincia de O´Connor, el tercero en Padcaya. Todos forman parte del área de la Reserva y también, sobre sus tierras, se ha trazado el área petrolera de San Telmo.
El área petrolera de San Telmo está en la zona tradicional y ya fue explorada en el siglo XX, antes de que se creara la Ley que la conforma en Reserva Nacional. En ese sentido, Petrobras y YPFB Chaco, que son quienes se adjudicaron la explotación a principios de 2018, ya cuentan con una importante información anticipada que deben actualizar para alcanzar sus objetivos.
No parece lógico creer que un proyecto de esas características afectará solo a una o dos comunidades
La historia reciente es breve y tiene mucho consenso. Básicamente habla de una necesidad urgente del Ministerio de Hidrocarburos de encontrar nuevas reservas de gas para sostener un modelo esencialmente exportador que permita al Gobierno disponer de ingresos. Habla también de un montón de decisiones erróneas desde la nacionalización hacia aquí, que han convertido a YPFB no en el protagonista de la cadena, como se esperaba, sino en un sujeto pasivo a la espera de la voluntad de las transnacionales por invertir en exploración. Algo que básicamente no sucede en condiciones de riesgo. Habla, entonces, de una salida fácil encontrada por el Gobierno para estimular la exploración: permitir el ingreso a las Reservas, allí donde se estima hay mayores de certezas y probabilidades de éxito. Habla de aparcar una serie de principios para asumir otros.
Los comunarios expulsaron a principios de marzo a los funcionarios de Petrobras y exigieron la llegada de los personeros del Gobierno. Estos lo hicieron unos días antes de la ficha fijada para la cita acompañados de un fuerte dispositivo policial, que dejó patéticas y dolorosas escenas.
Petrobras tiene identificados dos pozos en el norte de San Telmo, Domo Osso X1 y Domo Osso X2. El Gobierno asegura que la población de la zona está de acuerdo y que se hizo una consulta previa. Y es cierto que una buena parte de los vecinos de Chiquiacá Norte y Centro, donde están pintados los dos pozos en el mapa, creen en las promesas de desarrollo, de trabajo, etc., incluso aunque sea el corto plazo que dure la perforación. Pero no es menos cierto que una buena proporción de los habitantes en los diferentes cantones de la Reserva están en desacuerdo con el proyecto.
YPFB y el Ministerio se han atrincherado en la posición de que los comunarios están de acuerdo, cuando sin embargo se ha evidenciado que la consulta previa no se hizo en condiciones de ley: no hubo acompañamiento del TED, se firmó un documento prácticamente en blanco, sin aclaración, sin cédula, etc., pero además, no parece lógico creer que un proyecto de esas características afectará solo a una o dos comunidades y no a todo el ecosistema, pero cuando en el desarrollo del plan petrolero se contempla otra docena de perforaciones a lo largo y ancho del área petrolera – de Chiquiacá a Emborozú – parece poco apropiado pretender ir consultando de poquito en poquito.
De momento, la Ley del silencio impera en el sector y ciertamente el agotamiento empezaba a hacer mella, pero la marcha ha salido y más temprano que tarde, requerirá algún tipo de respuesta por parte de las autoridades del sector y también de los políticos involucrados, candidatos o no, porque si algo tiene esta convocatoria, es que llega en los momentos concretos de la definición.