Medio: La Estrella del Oriente
Fecha de la publicación: sábado 10 de marzo de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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En su momento, Internet y las redes sociales fueron aclamadas como herramientas que crearían nuevas oportunidades de difundir la democracia y la libertad. De hecho, Twitter, Facebook y otras redes sociales tuvieron un papel clave en los levantamientos populares de Irán en 2009, el mundo árabe en 2011 y Ucrania en 2013 2014. Parecía por momentos que el tuit podía más que la espada.
Pero pronto los regímenes autoritarios comenzaron a reprimir la libertad en Internet: tenían miedo del nuevo mundo digital, porque estaba fuera del alcance de sus mecanismos de seguridad analógicos. Esos temores resultaron infundados. Finalmente, la mayoría de los levantamientos populares motorizados por las redes sociales fracasaron por falta de liderazgo eficaz, y las organizaciones políticas y militares tradicionales retuvieron el poder.
Estos regímenes incluso han comenzado a usar las redes sociales para sus propios fines. Todos hemos oído acusaciones de que Rusia usó encubiertamente las redes sociales para influir en los resultados de las elecciones en Ucrania, Francia, Alemania y, el hecho más conocido, en los Estados Unidos. Facebook calcula que el contenido publicado por Rusia en su red, incluidos comentarios y anuncios pagos, llegó a 126 millones de estadounidenses (cerca del 40% de la población).
Hay que recordar que antes Rusia acusó a Occidente de promover las «revoluciones de colores» en Ucrania y Georgia. Parece que Internet y las redes sociales ofrecen otro campo de batalla para la manipulación subrepticia de la opinión pública.