Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 12 de marzo de 2018
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Problemas de gobernabilidad
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La demanda ante La Haya ha sido preparada juiciosa, paciente y profesionalmente por un grupo de juristas internacionales, a los que han aportado con su experiencia el embajador Eduardo Rodríguez Veltzé y el vocero de la causa marítima, Carlos Mesa. Como no se podía intentar desconocer el tratado de 1904, Bolivia hizo algo ingenioso, ideado por el abogado Ramiro Orías: los actos unilaterales de los Estados, en este caso las promesas de Chile de que nuestra mediterraneidad sería resuelta, tienen valor jurídico y, por lo tanto, son exigibles de cumplimiento.
Las autoridades, por supuesto, saben que el banderazo no servirá de nada. Han sido, en total, unos nueve millones de bolivianos tirados a la calle. Es más, como lo que Bolivia quiere con la demanda es forzar a Chile a que se siente a negociar, estas muestras de patrioterismo hasta serán contraproducentes cuando ello ocurra (si Bolivia, como todos esperamos, vence el juicio).
Y si las autoridades, empezando por Evo Morales, sabían que no servía de nada, y que incluso podría ser contraproducente, ¿por qué persistieron en la idea? Por un obvio interés partidario. Ante su desplome en las encuestas, que muestran que Morales podría perder las elecciones de 2019 incluso en primera vuelta, el MAS se agarra del mar con uñas y dientes. Y han tenido el ingenio de hacer una bandera de la reivindicación marítima del mismo color que el de su partido. Bueno, ingenio o grosería sectaria, no importa.
La pregunta que todos se hacen es si el oficialismo logrará, agarrado de la bandera marítima, salir del pozo en el que se encuentra. Por eso invita a expresidentes a La Haya (aunque luego los insulta) y hace todos los esfuerzos imaginables por unir a Evo con la idea del mar y, más importante, hacer que la defensa de los intereses nacionales se una a la defensa de los intereses del Gobierno. Todos los regímenes autoritarios y nacionalistas lo han intentado y el de Morales no iba a ser la excepción. Por eso quienes critican al régimen son considerados “traidores a la patria”. Bastante primitivo, aunque no por eso inefectivo. Pero la pregunta persiste: ¿realmente esto le ayuda al MAS a ganar votos?
Tal vez no. En octubre de 2014 Morales ganó las elecciones con el 61% de los sufragios. Luego se produjo, en septiembre de 2015, el primer fallo histórico de La Haya, el que permitió que el proceso como tal se iniciara. Pero en febrero de 2016, solo cinco meses después, Morales perdió el referéndum del 21-F. Así que, quizás, el banderazo sea nomás un simple ‘saludo a la bandera’ y no le ayude a Evo a salvar el pellejo.