
Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: martes 06 de agosto de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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- El Tribunal Supremo Electoral dio luz verde a las campañas electorales y los partidos salen a las calles a pedir votos. | COMUNIDAD CIUDADANA
Unos de los factores esenciales de una sociedad democrática es la capacidad que tienen sus miembros de elegir sus gobernantes, y Bolivia y nueve organizaciones políticas ya están en campaña para el 20 de octubre. Dos analistas políticos comentan esta primera etapa.
La socióloga María Teresa Zegada anota que este proceso electoral es diferente de los anteriores porque había pocas posibilidades de que cambie el resultado: el triunfo del Movimiento Al Socialismo (MAS) estaba asegurado.
“En estas elecciones se ha abierto la posibilidad de que este escenario pueda cambiar, ya sea a través de la llegada de una segunda vuelta o al menos a reequilibrar las fuerzas políticas en Bolivia”, dice Zegada.
Otra diferencia, según la analista, es que en esta elección no existe una discusión programática sobre la visión de país que proponen los partidos. “El eje del debate está concentrado en el respeto a la institucionalidad. Lo que parte las aguas de discurso político no son los programas, son estas visiones de democracia que tienen los contendientes”.
El sociólogo Fernando Mayorga anota otra particularidad en estas elecciones. “Si uno compara los comicios bolivianos con Argentina, Uruguay o el que hubo en Colombia o Brasil, en Bolivia no existe polarización”.
“En Bolivia los tres principales candidatos, Evo Morales, Carlos Mesa y Oscar Ortiz, convergen al centro. Hay una convergencia centrípeta”, detalla.
Evo Morales invita a los empresarios privados a una reunión de Conalcam y sus listas de candidatos en las ciudades son claramente señales a sectores medios, jóvenes y personalidades. Está lejos de un discurso radical. Mesa y Ortiz dicen que reconocen los logros del MAS y que no moverán las políticas sociales. Nadie pone en cuestión el papel del Estado como actor central de la economía, según Mayorga.
Análisis
Defensa del voto y de la CPE
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María Teresa Zegada
Analista política
El escenario en 1982 estaba marcado por una contradicción entre las dictaduras salientes y la democracia.
Lo interesante de ese periodo es que la sociedad había cerrado filas por la defensa de democracia.
La sucesión entre golpes de Estado y elecciones se asumió de una manera muy clara, se sabía lo que significaba la democracia y era elecciones, pluralismo y participación desde el voto.
Y también se tenía muy claramente establecido lo que significaba dictadura, golpe de Estado, ausencia de libertad de expresión y lo que ello implicaba.
Hoy es curioso observar como este discurso sobre la democracia se ha divido. Por una parte, hay un sector de la población que demanda esta adscripción representativa de la democracia que es la defensa del voto, el respeto a la Constitución y el que exista reglas para todos, universales y claras.
Por otro lado, existe un discurso asociado al oficialismo que vincula la democracia a la participación social, al rol histórico de los movimientos sociales y con ese discurso se quiere invisibilizar esta otra mirada de la democracia.
(Fragmento de una entrevista a la autora).