Medio: La Razón
Fecha de la publicación: lunes 05 de agosto de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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El primer suceso, posterior al registro de candidaturas y al inicio del periodo de propaganda electoral en espacios públicos, es una acusación contra Carlos Mesa, candidato presidencial de Comunidad Ciudadana (CC). Es un evento de campaña que se venía anunciando desde hace tiempo: la “denuncia” de que Mesa recibió dinero de Sánchez de Lozada para ser su candidato a vicepresidente por el MNR en las elecciones de 2002. Tanto el oficialismo como diferentes voces opositoras exigen una aclaración.
El hecho es conocido. El yerno de Goni, nada menos, sostiene desde hace varios años que Mesa condicionó su candidatura a un aporte financiero “con el pretexto de que solo así evitaría la quiebra de PAT” (canal del cual en ese momento, junto con otros socios, era propietario). Luego en un libro de campaña surgió el dato del monto supuestamente recibido: poco más de $us 831.000. Se habrían hecho efectivos entre mediados de 2002 y mediados de 2003, en nueve depósitos bancarios en la cuenta del canal.
¿Qué dijo al respecto el hoy candidato Mesa? Primero señaló que no respondería a lo que calificó como “guerra sucia”. Luego fue más específico al acusar como responsables de este ataque a “una combinación de tres aliados”: el gonismo, Óscar Ortiz (candidato de Bolivia Dice No) y el gobernante MAS. Ni Mesa ni ninguno de sus voceros aclararon el hecho, ni tampoco desmintieron que se haya producido esa suerte de “pago” a cambio de aceptar el binomio con Sánchez de Lozada. El asunto, pues, ha devenido en un suceso de campaña.
El otro suceso, más que evento propiamente dicho, es un instrumento. Se trata de las diferentes encuestas de intención de voto que se van difundiendo desde la habilitación del plazo previsto en el calendario electoral para el efecto. Una encuesta de alcance nacional y otra solo urbana del eje central mostraron resultados que inmediatamente generaron debate político-electoral. A reserva de los datos y sus márgenes de error, se buscó reafirmar las “tendencias”: Evo sube, Mesa baja, Ortiz despega.
Seguramente las siguientes encuestas que se difundan antes de las elecciones darán cuenta de la evolución de las preferencias electorales a la luz de la campaña electoral y sus sucesos, que principalmente apuntan a los indecisos. Por ahora, estas “fotografías” se van escenificando, en “modo elecciones”, como si se tratase de películas con varias partes. Y compiten entre ellas para mostrar, a veces de modo terminante, cómo está la competencia entre los candidatos. Quedan 11 semanas intensas.
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