Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: sábado 03 de agosto de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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En cambio del lado de los “partidos políticos de oposición” la situación es altamente complicada puesto que no se verifica la existencia de creatividad alguna en la elaboración de “propuestas” que son casi las mismas: “Achicamiento del Estado”, “supresión de bonos”, “creación de nuevos impuestos”, “coca cero”, favorecimiento al capital extranjero, sometimiento del país a los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI), etc. Y es que ciertamente desde el campo del conservadurismo hay muy poco que ofrecer y mucho que entregar a la vorágine del capital extranjero.
Ese es el escenario en el que siempre se ha movido la derecha transnacional de Bolivia. Y es que en verdad resulta muy difícil proponer algo nuevo cuando se tiene una enorme dependencia de poderes transnacionales existentes más allá de nuestras fronteras. De ahí que si de propuestas se trata podríamos decir de manera general que la “oposición política” en Bolivia solo ofrece meros maquillajes, mas en ningún momento propone un rostro nuevo para el país.
En este contexto el denominador común en el campo de la oposición no son precisamente propuestas programáticas novedosas, sino que por el contrario el rasgo que todos ellos asoman es un odio sin límites al líder del MAS, Evo Morales Ayma. Por eso es que claman “unidad” de todos para derrotar a Evo, esa es su principal “carta de presentación”. Esto que parece una especie de consigna uniforme en la oposición, es decir; “derrotar a cualquier precio a Evo Morales”, se convierte al mismo tiempo en su mayor dificultad, en su mayor escollo, dado que más allá de errores en los que siempre se incurren dentro de un Proceso de Cambio, Evo Morales Ayma tiene una enorme ventaja a su favor, y es haber demostrado que es posible construir otro tipo de país, que es posible ser dignos como país, y que es posible cambiar de modelo económico y con resultados altamente favorables para las grandes masas. Y en este cometido hay una lista infinita de obras de infraestructura que definitivamente muestran y con creces que Bolivia cambió, y cambió para bien, para despecho de los enemigos del Proceso de Cambio. Y esta constatación es la que percibe el ciudadano común en Bolivia, de ahí el respaldo electoral favorable que registra en su haber Evo Morales. Lo que no implica afirmar que todo marcha como una taza de leche.
Por supuesto que hay cosas que hay que cambiar, que hay que corregir y/o modificar, para seguir avanzando como país y mostrarle así al mundo que otra Bolivia si había sido posible.
Lo peor que le podría pasar al país en este instante es dar marcha atrás, y eso sucedería si cualesquiera de los otros candidatos al margen de Evo Morales se hiciesen del poder, eso significaría automáticamente volver al pasado inmediato, significaría reinstalar una Bolivia caótica y camino del abismo.