Medio: Opinión
Fecha de la publicación: viernes 02 de agosto de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
| Feminista y concejala por la ciudad de La Paz [email protected] | 02 agos 2019 | Ed. Imp.
Me ha dado por recordar el episodio que comparto a raíz de los discursos plagados de invocaciones a la “renovación” y “juventud” frente a la renovación y juventud presentes realmente en las candidaturas hacia las elecciones de octubre.
El centenario de la fundación de la República celebrado en 1925 fue ocasión para que “la juventud inconformista”- como la llama Pablo Stefanoni- dirigiera un fuerte mensaje al congreso denunciando el fracaso en la construcción nacional, la “tragicomedia de los 100 años“ y el malogrado estado social, identificando a un responsable de tal situación: la clase política nacional en su conjunto y anunciando la intención de aquella juventud de asumir el desafío histórico de encarar una renovación moral y social.
Apenas unos meses después, en marzo de 1926, la Iglesia convence al gobierno de Hernando Siles de apoyarle en una campaña que busca recaudar dinero dirigido a crear escuelas especiales de oficios, gestionar becas y educar a los indios, asumiendo que la raíz del “problema del indio” era la falta de educación.
A la cabeza de Enrique Baldivieso, quien años después sería el presidente del Partido Socialista, esta iniciativa eclesiástica fue rechazada por la Federación de Universitarios de La Paz, en un comunicado y una manifestación, que concita la atención del presidente Siles.
Los universitarios proclaman que la liberación plena del indio solo depende de la autonomía económica que logre mediante el acceso a la propiedad de la tierra y que la alfabetización y educación técnica emergerán como corolario de aquella; por lo tanto, exigen que esta tarea sea asumida por el Estado sin intervención de ninguna iglesia. Esta propuesta, como no suele suceder, es oída por Siles que inmediatamente le retira su apoyo y la Iglesia se ve obligada a devolver lo recaudado.
Unos meses después, estos jóvenes fueron invitados a formar un nuevo partido político; pero fueron rápidamente desplazados por un ala más conservadora y liberal del entorno del Presidente.
Siles marca su ruptura con los republicanos de Saavedra, con genuinos y liberales; pero no puede apostar por la juventud y elige oír a la vieja militancia de aquellos partidos incapaces de crear de verdad algo nuevo.
Mientras tanto, la generación de Baldivieso, aunque no lo sabía, tendría su momento para disputar un proyecto de país, después de la guerra con Paraguay…