Medio: El Diario
Fecha de la publicación: lunes 05 de marzo de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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El racismo y discriminación (en Bolivia) es “subjetivo” y depende de la educación, es decir, una persona educada no ofende a otra, peor cuando éstos, se dice, han sido vilipendiados por 500 años. Aprovechando esta “deseducación”, el MAS, sus adláteres, oportunamente lo “trastocaron” en ideología radicalizada, similar a la de los filibusteros de 1952. Desde su primer mandato Evo Morales los subsumió en lo “cultural”, empoderando a muchos indígenas y neo indígenas, como parte de la denominada Conalcam. Nombró a Félix Cárdenas como “defensor” de los vilipendiados.
El fetiche para Foucault es la devoción hacia ideas (prejuicios) inmateriales cuya creencia práctica de objetos es casi religiosa al endilgarles subjetivamente poderes mágicos o sobrenaturales a supuestos enunciados. Esta devoción fue extrema para el viceministro Cárdenas, que no vaciló en su radicalismo. Percibo que desde un primer momento, estos supuestos fueron utilizados para “tonificar” al régimen y por ello la Ley 045, contra el racismo y toda forma de discriminación, no satisfizo a los vilipendiados, excepto para “enjuiciar” a personas o instituciones (medios) que no sean geneflexos ante la línea del poder. Por ello resulta “risible” cuando Abel Mamani y Sergio Choque aseguran que en su partido, el MAS, los profesionales se “creen más”. O cuando Choque dice: “la clase media y los “más” blancos discriminan a los legisladores indígenas. O cuando Galo Bonifaz acusó al ministro Milton Claros de haberlo discriminado. O cuando (el choco) Mauricio Carrasco, ex director de medios estatales denunció a la ex viceministra de Gestión comunicacional Carmen Miranda de acoso laboral y discriminación, etc.
Esta casi paranoia y fetichizacion de los supuestos otrora se “intensificó”… Sutilmente desde el 2006 fueron fetiches infravalorados por las “organizaciones sociales” (Conalcam, gestora de la derrota del 21f/16) para fortalecer la impronta indianista, que ya no puede mantenerse –se está cayendo como una torre de cristal, por lo que Evo Morales ya no tiene la fortaleza de otrora-. Volviendo con Cárdenas, pone en evidencia el desplome de estos supuestos fetiches. Por ello, para “distraer” dice: “en Bolivia ni los del MAS ni los de la oposición se libran de ser racistas y discriminadores”. Como sea, Cárdenas el 21f/18 actuó como un –odiado- neoliberal k’ara derechista, al no “controlar” su paranoia racista y discriminó a una mujer indígena discapacitada (que usaba bastón) de la tercera edad. Por ello y más, debe actuar con ética respecto al cargo que ostenta.
El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (Cisec).