Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 28 de julio de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Entonces, ¿por qué escribo?, porque el partido MAS, hoy –como desde hace 13 años– en funciones de gobierno, va a volver a ganar en las próximas elecciones, obviamente con un fraude monumental ladinamente orquestado por el TSE, y nos va a imponer su programa de gobierno que no es sino los 13 pilares de la Agenda (mal llamada) Patriótica y que además funge como principal articulador del continuismo gubernamental.
Por esta razón importa discurrir en torno a esta agenda tanto para advertir las principales características socioambientales de la misma, como para percatarnos del modelo o paradigma de desarrollo que sustenta dicho plan y que –de acuerdo con la hipótesis de trabajo que sustenta el presente artículo– continúa el patrón moderno colonial de desarrollo capitalista, es decir sustancialmente extractivista: depredador y devastador de la Madre Tierra.
La fuente primordial de nuestro análisis es la serie de programas Los jueves verdes, de Radio Cabildeo Digital, conducida por Cecilia Requena y Pablo Solón. No obstante, la responsabilidad de lo que aquí se escribe y más aún de la interpretación (de la misma) es enteramente mía.
Un primer ámbito problemático de la Agenda Patriótica 2025 es que carece (como todas las propuestas del Gobierno) de un diagnóstico claro de la realidad, del contexto nacional e internacional y una discusión seria de los problemas más críticos.Como bien observa Solón, “la agenda tiene una serie de propuestas, pero no tiene un diagnóstico de en qué situación nos encontramos (…). Yo me atrevo a mencionar algunos de los elementos que cualquier programa, de cualquier candidato, debería tomar en cuenta. Uno de ellos (el más importante) la grave crisis ecológica que se vive a nivel mundial por el tema del cambio climático, éste es un tema gravísimo, que nos va a afectar y, de hecho, ya nos está afectando. Cómo el Gobierno va a enfrentar esta situación no queda nada claro en la Agenda Patriótica”.
Los escribidores de la agenda olvidan, adrede, referir las tendencias autoritarias, destructivas e irracionales del capitalismo moderno colonial, cuyos procesos de acumulación operan básicamente a través de la desposesión de lo común y la destrucción de la vida en el planeta (ecocidio).
Según Edgardo Lander, hoy vivimos/sufrimos “una extraordinariamente veloz dinámica de devastación (socioambiental), que está destruyendo las condiciones de reproducción de la vida y que amenaza la existencia misma de la vida en el planeta Tierra a muy corto plazo”.
En este contexto complejo, la reflexión fundamental la realiza Requena, quien, desde una visión integral u holística (“la primera cosa en la que quisiera hacer énfasis es en el asunto de la interconexión de los elementos”), la refiere al campo esencial de los parques nacionales, reservas de la biosfera, áreas protegidas y territorios indígenas, espacios sistemáticamente agredidos y violentados por el régimen MASista, “que, además, están expresados en la Agenda 2025, como es el caso de mantener un extractivismo salvaje porque (al gobierno) le da renta, le permite recoger renta, y repartir los beneficios de esa renta de manera clientelar, para intentar, una vez más, mantenerse en el poder”.La problemática socioambiental es en verdad preocupante, tanto que –continúa Requena– “incluso la salida del extractivismo hidrocarburífero y minero (se dice que ‘Bolivia dejará de forma progresiva la herencia colonial y republicana de ser solamente un país hidrocarburífero y minero’), el gobierno la plantea –en esta agenda– con otra salida de reconcentración de la renta y, por tanto, de poder, que es ‘Bolivia corazón energético’ (de Sudamérica) con ¡mega represas! Y, por ende, privilegia estrategias energéticas, que son desastrosas en términos socioambientales, y que (además) no tienen futuro, este es otro problema, no tienen un futuro económicamente viable”.
Es falaz afirmar, como lo hace la Agenda Patriótica, que este nuevo extractivismo (hidroeléctrico) vaya a resolver los problemas del extractivismo hidrocarburífero. Peor aún, los impactos que se vayan a generar en términos de áreas inundadas, de pueblos indígenas y comunidades campesinas que van a ser relocalizados de manera forzosa (porque van a quedar dentro del embalse), de la afectación de los territorios indígenas, áreas protegidas, etc., no se toman en cuenta para nada. Mucho menos se habla de los impactos sobre el medio ambiente, sobre los bosques, sobre el abastecimiento de agua, sobre la biodiversidad.
Aquí conviene aludir a una, entre muchas otras, propuesta majadera de la Agenda Patriótica: “Los bosques ya no son considerados como tierras ociosas para la agricultura”. Nos preguntamos, desde cuándo los bosques son considerados “tierras ociosas”. Los bosques son lo más valioso y beneficioso que podemos tener. Si bien no producen mercancías, la lluvia, el oxígeno y la regulación de la temperatura son precisamente las más importante y valiosas contribuciones de los bosques. Por ende, afirmar que hoy los bosques serían “ociosos” y para el año 2025 dejarían de ser tales, está reflejando una visión brutalmente extractivista, donde lo que se valora es la producción de mercancías, de productos para el mercado capitalista y no se toma en cuenta la suprema importancia de la naturaleza para la convivencia humana y de todas las formas de vida (biodiversidad) que existen en los bosques.
He aquí algunas de las principales razones para no votar por el programa MASista, por ser éste ecocida y etnocida ,y la urgente necesidad de considerar opciones alternativas.